Faetón neoyorquino
De
Bibiana Ricciardi
El niño creció sabiéndose de la especie divina
de los elegidos, único heredero del rey sol. Observó con inocultable deseo a su
lejano padre, brillante astro capaz de iluminar a la pobre especie terrestre. El
hijo quiso también elevarse por encima de sus pares, y conducir los corceles guiando
al carro que surcaba el firmamento transformando al día en noche, y a la noche
en día. Cuando por fin fue hombre descubrió con desilusión que la magia del padre
no era tal, que el sol nunca se dejaba llevar, que ni siquiera pertenecía a su
estirpe. Entonces soñó con la osadía de desafiar al astro egocéntrico que obligaba
a los humanos a girar a su alrededor. Dedicó su vida a construir una torre que horadara
la superficie solar. Año tras año sumó hierro, hormigón y ladrillos y trepó con
denuedo feroz sin lograr siquiera opacar la intensidad del brillo estelar.
Inspirado
en: http://www.lavoz.com.ar/noticias/mundo/world-trade-center-es-desde-hoy-edificio-mas-alto-nueva-york