miércoles, 15 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 14
Miércoles 15-1-14


Boludo


-- ¡Boludo!
-- ¿Me estás hablando a mi?
En el andén el calor apretaba fuerte, los pasajeros esperaban el tren apiñados en la pequeña línea de sombra que dibujaba la estación. Dos borrachos suscitaban la atención de los presentes con comentarios hilarantes. Ahora parecían haber llegado a una estadio más violento de su intercambio. Una señora llamó al policía que cuidaba desganado la tranquilidad del lugar.
El oficial se interpuso entre los contrincantes, quienes se apoyaban a su vez el uno en el otro, más por ayudarse a encontrar el huidizo equilibrio que por mera confrontación física. Los tres quedaron envueltos en un incómodo abrazo húmedo de sudor.
-- No voy a permitir riñas en esta estación.-- dijo el policía tratando de apartarse.
-- Si no es pelea, oficial. El muchacho y yo somos amigos. Decíle, boludo. Decíle que somos amigos.
Con esfuerzo el policía se desprendió del abrazo, el animal de tres patas perdió el equilibrio y los borrachos cayeron al suelo.
-- Si serás boludo.-- repitió el primero.
-- ¿A quién le decís boludo?
-- No a él.-- contestó señalando al policía.
-- Desacato, a la autoridad. A mí si que no me insultás.
El policía furioso encontró por fin un motivo para ejercer su autoridad.


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