martes, 13 de mayo de 2014

Doscientas palabras

Día 113
Martes 13-5-14


Final


El día anterior al final despertó tiritando. Sin abrir los ojos estiró una mano y se cubrió con la manta que se había deslizado a un costado. No sabía la hora, el despertador no había sonado aún. ¿Cuánto habría dormido? Sabía leer los intersticios de la ventana con la destreza de una insomne inclaudicable. Pero también había aprendido que abrir los ojos para averiguarlo era la diferencia entre despertar o mantener la ilusión del sueño.
Giró sobre sí misma. Intentó no pensar. Peor. Cuanto más fuerza se hace para no pensar más se  piensa. Conocía esa otra estrategia también. No se puede pensar en nada. La única solución es pensar secuencias. Mono temas que se encadenen solos, sin ayuda externa. Secuencias numéricas, cadencias, normas ortográficas, canciones, versos.
"No soy el amor amante, soy la muerte dios me envía. Hay muerte tan rigurosa déjame vivir un día". Qué hacía esa letra en su cabeza. Estaba en el guión que había trabajado esa semana. Pero por qué había saltado a su cabeza. No seguiría intentándolo. Se levantó decidida. No tenía por qué seguir durmiendo. Aprovecharía para trabajar de madrugada.  Adelantar trabajo le dejaría tiempo libre para disfrutar mejor del final del tratamiento.