martes, 29 de abril de 2014

Doscientas palabras

Día 103
Martes 29-4-14

Insomnio

Hubo un tiempo en que deseaba la cama. Llegaba la noche y su cuerpo parecía haber quedado en la tarde. No lograba siquiera subir los escalones del colectivo. Arrastraba sus piernas por el pasillo, se colgaba del caño, se dejaba mecer. Los cuerpos de los otros pasajeros amortiguaban el vaivén. Dormitaba, a veces hasta soñaba. Sueños casi reales. Escenas que podrían darse allí mismo dentro del colectivo. Un hombre lo sacudía para pedirle paso. Una señora hablaba a los gritos por teléfono. Se pasaba de largo y despertaba en la terminal. Segundos que no completaban el minuto. Despertaba creyendo que habría llegado a la avenida pero estaba apenas una cuadra más cerca de su casa. El último tiempo previo a la jubilación se le había hecho largo. No es que deseara quedarse en su casa. Ni siquiera lograba imaginar cómo sería escuchar todo el día el arrastrar de las chancletas de Eloísa. Pero su cuerpo pedía reposo. Otros compañeros de su edad estaban mejor parados. Él en cambio necesitaba descansar.
Sin embargo, ahora que sí podía dormir, no lograba conciliar el sueño. Eloisa desde la cama de al lado le imploraba silencio. La noche era una amenaza difícil de enfrentar.