lunes, 6 de junio de 2011

Un caballero

Un niño rubio, con ojos más celestes que el padre. Bello como pocos. Alto, fornido. Musculoso. Capaz de arrastrar el solito una camioneta empantanada en barro espeso. En la estancia caen dos gotas y se inunda. No hay quien pueda salir de a pie. Una chata grande, de esas con ruedas anchas. Me llevaba a hacer las compras al pueblo. Un caballero. Mi nene también, un caballerito. Un angelito que me espera en el cielo para atenderme. Para darme lo que el padre no pudo.