viernes, 31 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 30
Viernes 31-1-14

Agua

El rumor lo despertó de la siesta. Parecía agua. Gotas espesas, abundantes. Golpeaban el techo, pegarían en el vidrio si la ventana de su cuarto estuviera cerrada. Pero como iba a estarlo. Nadie con dos dedos de frente lo haría. No porque fuera a entrar brisa, no. No había nada que mitigara el calor en el infierno. Quien nace con una fogata por cuna no se molesta en calcular la temperatura. No hay diferencia entre cincuenta grados y cincuenta y tres. Sin embargo, al mediodía las vecinas corrían a levantar los vidrios de sus ventanas. Aún sin esperanza de brisa. Lo hacían por seguridad. Para evitar la rotura de vidrios provocada por la desorientación de los pájaros. Las aves resisten menos que los humanos. El calor las enceguece y terminan chocando contra las paredes. Cuando bajaba el sol las vecinas salían a juntar los cuerpitos.
¿Llovía? El hombre se sacudió la modorra. No podía estar lloviendo. No en esa época. No hasta dentro de seis meses, cuando la lluvia y el agua los taparían. Entonces se asomó por la ventana y vio la fuente. Había olvidado esa exhibición obscena a la que los habían condenado desde que tenían agua corriente.

www.clarin.com/mundo/espera-agua-potable-llega-Macondo_0_1076292431.html

jueves, 30 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 29
Jueves 30-1-14

Indigestión

Amanda no sabe, no contesta. No puede. Las mentiras tejieron telones pesados de terciopelo. Ojalá pudiera correrlos. La noche previa a la sentencia se despertó en medio de una pesadilla. La abstinencia sexual le jugaba malas pasadas. Las imágenes del sueño se le escapaban, intentó asirlas. Creyó que así podría al menos correr algún velo. Una textura, un olor. ¿Era ella? Habían compartido muchas noches antes del asesinato. Eso sí lo recordaba. Era una compañera de cuarto divertida. Bella. Tan hermosa que Amanda temía que su novio estuviera con ella solo porque le gustaba su compañera. Él le había pedido que le insistiera. Se reía. Podría haber dicho que no y listo, estaría viva. Y Amanda no estaría esperando una nueva sentencia sin recordar la verdad. Su verdad, no la del juez. Habían pasado tantos años. Hubo tantas versiones. Preferiría haber muerto ella. Cuando leía la descripción de los hechos en los alegatos no se reconocía. Una orgía. Ella que era tan célibe que solo tenía sexo en sus pesadillas. No podía ser la misma. Si pudiera recordar. Debería haber anotado su confesión verdadera para recordarla más tarde. Pero cómo podría haber imaginado que el horror se digiere tan rápido.


http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/30/actualidad/1391069539_205195.html

miércoles, 29 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 28
Miércoles 29-1-2014

Temporada de lluvias


--¡Estimado! Lo llamo con una gran noticia. Congo Mirador entró nomás en el libro de los récords.
-- ¿Sí? Y cómo se habrá logrado eso, compadre, si el inspector nunca viajó a fiscalizar in situ la veracidad de mi investigación.
El funcionario carraspeo una explicación. Al parecer los documentos presentados eran suficientemente contundentes. Además viajaría un delegado de la institución de los récords y el mismo Vice Presidente de la Nación, para hacer entrega al poblado de tal distinción. Incluso el Director de Turismo hablaba de una subvención económica para incentivar el turismo en la región. El científico dudó del beneficio. Pensó en los pescadores en sus barcas espiando el resplandor del refucilo a repetición sin levantar la cabeza. Sabían predecir dónde caería el siguiente rayo por el brillo que proyectaba sobre la superficie oscura del lago. En el pueblo los pescadores no se ahogaban, morían electrocutados. Pero cada uno asumía el destino. El rayo sabía elegir, decían. El mundo ahora distinguía la rareza, veinte relámpagos por minuto, un millón ciento setenta y seis mil por año. Jamás nadie lo vería. ¿Quién podría entregarse a la sabiduría del rayo?
-- Supongo que los esperamos para antes de que comiencen las lluvias, ¿verdad?

http://www.infobae.com/2014/01/29/1540079-el-relampago-cata tumbo-entro-al-libro-de-los-record-guinness

martes, 28 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 27
28-1-14

Amianto

El problema no eran las moscas. Uno podía vivir con moscas. Ni el calor. Hasta en pleno invierno la temperatura del patio era elevada. Los hornos de barro escupían fuego noche y día. Las manos de amianto de su papá sacaban los bloques, cortaban, pulían. Los ladrillos recién horneados se apilaban al fondo. Al chico no lo dejaban ni acercarse. Le hubiera gustado treparse. Escalar la montaña antes de que se redujera a polvo. Una vez a la semana un camión se encargaba de llevarse la producción. Las manos duras sostenían los billetes unos instantes. Y luego de vuelta al horno.
El problema no era el dinero. Al pequeño no le importaba que no le compraran una bici nueva. La vieja se oxidaba junto a los hornos. Su padre no podía arreglarla. Sus manos sólo sabían amasar el calor.
El problema era el río. El niño sabía que corría fresco más allá del monte.  Lo vio una sola vez, cuando visitaron a Don Ernesto. Padre, hijo y río. Y las manos de amianto que le enseñaron piruetas de agua que nunca más olvidó.
-- Padre, llévame al río.
-- Estoy trabajando. ¿No ves? Dile a tu madre que te llene el balde.

http://m.minutouno.com/notas/311787-tiene4-años-y-paso-la-noche-solo-su-perro-las-sierras-

lunes, 27 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 26
Lunes 27-1-14

Reliquia

Las reliquias se guardan en el banco. Son tesoros supra religión. Per se. O sea, más allá del obvio valor inestimable que la Santa Madre Iglesia les da, existe otro más pagano. Lamentablemente es así. El poder del mercado es superior al eclesiástico. Aunque nadie lo diga en voz alta. Por eso las reliquias se guardan en el banco, en cajas fuertes. Los tubos de sangre en compartimentos refrigerados especialmente. Algunos comentaban que la sangre de Juan Pablo II le había sido extraída en su lecho de muerte, especulando con el valor que tendría cuando el Papa fuera beatificado. Por supuesto que no fue así. Nadie hubiera osado penetrar su carne con fines espurios. A los Papas, como a muchos jefes de estado, les extraen sangre en forma preventiva. Como médico en jefe de su Santidad soy el encargado de guardar en el banco esos tesoros aún antes de que lo sean. (Con el Papa vivo no tienen ningún valor). Y también soy el responsable de cuidarla después del fallecimiento. Por eso, cuando supe de la muerte del Sumo Pontífice, resolví inyectármela. El Papa y yo éramos del mismo grupo sanguíneo. Y yo sólo sé cuán bien cuidaré su legado.

http://lanacion.com.ar/m2/1658907-robaron-una-ampolla-con-sangre-de-Juan-Pablo-II-en-una-iglesia-de-Italia

domingo, 26 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 25
Domingo 26-1-14

Hilo rojo

Querida hermana, verás que dentro del paquete en el que encontraste  esta carta hay también una tijera. Es de las fuertes. Corta hasta metal. No es metáfora. Digo por lo del hilo rojo que nos une y que es tan fuerte como el metal. Preciosa la imagen, pero ya fue suficiente para mí. No quiero más. Vine al mundo sin hermana y prefiero irme en iguales condiciones. No es que me quiera ir ya mismo, pero sabrás que lo malo que tiene la vida es que se acaba. Y que si una no disfruta el presente nadie jamás se lo repondrá para que vuelva a vivirlo. Y yo mi presente lo prefiero sola. O sea, con mamá y papá, y mis amigos, pero sin vos. Y sin Armando, por supuesto. Mi próximo novio no tendrá cuñada. Borrón y cuenta nueva. El azar nos unió, la razón nos separa. ¿Acaso creés que al colombiano que vendió su semen por un sanguche de milanesa le importa que nos unamos? Yo ya tengo familia y padre, gracias. Si necesitás una hermana seguí buscando. Debe haber otras más del mismo semen. Eso sí, recordá no robarles el novio.
Saludos a Armando,
Tu ex hermana

http://m.infonews.com/infonews/notas/121237.php

sábado, 25 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 24
Sábado 23-1-14


Playa


La brisa erizaba su piel. Fresca a contrapelo. Los músculos tensos, la mandíbula apretada, el ceño fruncido. Una semana casi de vacaciones. El rumor del mar no lograba apagar su cabeza. Cerró el negocio y se fue. Sin pensarlo. Colgó un cartel en la puerta para que los clientes no creyeran que cerraba por la incertidumbre cambiaria. A cuánto se habría ido el dólar. Disfrutar. Seis días de vacaciones. Un regalo del cielo. Si cuando terminó de pagar las vacaciones de la ex con sus hijos no le quedó nada para las suyas. En cambio ahora ahí estaba. Tirado en la arena. Debería cerrar las piernas. Estaba fuera de línea. Así no iba a conseguir novia. Quien necesitaba una novia. Para qué. El dólar se iba a la mierda. Vas a la playa, te relajás. La voz de la psicóloga no logró distraerlo. Tendría que dejar terapia, mucha guita. Para lo que le estaba sirviendo.
-- ¿Tenés fuego?
Parecía chiste. Dónde tendría fuego si estaba desnudo. Abrió los ojos y sólo vio una gran cantidad de grada cubierta de piel de la que sobresalían un par pezones. ¿De quién había sido la idea de ir a relajarse a una playa nudista?

http://www lanacion.com.ar/m2/1658299-un-balneario-en-el-que-padres-e-hijos-se-broncean-juntos-y-desnudos

viernes, 24 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 23
Viernes 24-1-14

Mal rayo te parta II

Estimados radioescuchas, la tormenta está llegando a su punto culmine. En breve veremos descender nuevamente rayos que caerán como latigazos sobre la superficie arenosa. Nosotros hemos dejado la seguridad del estudio de radio, y estamos dirigiéndonos hacia el lugar de los hechos. Ustedes continuarán oyéndome, iré relatando cada paso que daré. Ustedes conocen mi compromiso. Es casi una religión, una ideología, un desafío metafísico. Nuestra tarea es justamente la de corroborar cada mito existente. No hay desafío que nos amilane. No es que descreamos del poder de los mitos, no.  Justamente porque estamos convencidos que es el mismo saber popular el que constituye al mito es que hemos decidido validar cada una esas sentencias con nuestro propio cuerpo.
En este momento una gran cantidad de relámpagos nos confirman que estamos en el momento preciso. Voy a descender del vehículo para dirigirme al punto justo en el que un rayo se cobró cinco vidas hace sólo dos semanas. Sabrán disculpar el ruido en la transmisión, el viento y la lluvia arrecian contra nosotros. No hay nadie en la playa. Sólo nosotros: mi asistente y yo dispuesto a demostrar una vez más la validez del mito: un rayo cae jamás dos ve....

http://www.lanacion.com.ar/m2/1657997-cayo-otro-rayo-en-villa-gesell-y-provoco-heridos-al-incendiarse-dos-viviendas

jueves, 23 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 22
Jueves 23-1-14


Pandemia 2030

-- Me tiene que dar una respuesta.
-- ¿Le tengo que dar una respuesta? Tiene gracia su tono, Procure que continúe tomándolo a risa.
-- Usted está aquí para atendernos.
-- Se equivoca. Estoy aquí para juntar suficiente dinero como para alquilar una casa. Tengo una novia, ¿Sabe? Hay una vida más allá de esta clínica.
-- De esa vIda le hablo, justamente. Apelo a su sensibilidad. Tengo mujer, hijos. Tres hijos. Me necesitan. ¿Sabe?
-- No crea. Están mejor sin usted. El estado se encarga de todas sus necesidades.
-- No se trata de dinero. Necesitan un padre.
-- Conmovedor. Sobre todo original. Usted sabe que jamás escuche ese argumento. Ustedes son todos una manga de egoístas desconsiderados. Me indigna. Deberíamos sacarle la tutela. ¿Qué quiere que lo libere para que vaya corriendo a contagiar a sus chicos?
-- Y quién le dijo a usted que ellos prefieren evitar el contagio. En una de esas extrañan tanto al padre que no les importa la enfermedad.
-- Ya está. Lo voy a denunciar. Decidido. Peligro potencial para la sociedad.
--- No, no lo haga por favor.
-- No soy un improvisado. Conozco al detalle mis obligaciones soy Ejecutor de cuarentena egresado de la UBA.
-- Discúlpeme. No volveré a hablarle. Discúlpeme por favor.


http://www.clarin.com/sociedad/Nanomedico-policia-climatico-abogado-virtual_0_1071492893.html

miércoles, 22 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 21
Miércoles 22-1-14

Botín

Es una chica bonita. El calor le dio permiso. Anda ligera de ropa. Lleva escote, sonrisa y piernas largas. Habla sola. En su mano un teléfono que ni mira. Eleva sus dedos al auricular. Habla fuerte, ríe, mira sin mirar a los pasajeros. Un revoloteo distraído. Se sabe mirada, disfruta.
Un hombre mayor la mira. Cuando el subte se detiene la anciana junto a él se levanta con dificultad. Amable, el pasajero la ayuda a incorporarse. La chica aprovecha y se lanza al asiento vacío sin dejar de hablar. El hombre está ahora tan cerca que puede oler el perfume de su cabello, el olor de su sudor. Deja caer su pierna derecha, intenta rozarla. Ella no parece notarlo.
En la siguiente estación, justo antes de que el subte arranque, el hombre se decide: extiende la mano, le arranca el teléfono, y salta del vagón en el instante previo al cierre de las puertas. En el anden se acomoda, disimula con oficio. Camina unas cuadras para calibrar el botín. El teléfono está vacío, es sólo una carcaza.
Desesperado revisa los bolsillos y comprueba que no le ha quedado nada del trabajo del día. Ni siquiera el reloj de la anciana.

http://movil.clarín.com/ciudades/denuncian-pungas-arrebatadores-roban-subte_o_1070892976.html

Doscientas palabras diarias

Día 20
Martes 21-1-14

Educación sexual

El silencio no se cortaba ni con un escalpelo. Era espeso, negro, inundaba el aula. Un silencio hecho de ausencias. Sin ojos, ni bocas, ni oídos. Sin penes, ni vaginas. El maestro intentó carraspear. Sin embargo tampoco había aire en sus pulmones.
--¿Y qué días de la semana deberán traer el material?
Mientras el docente hablaba, la mujer había anotado los elementos enumerados en la cara interna de un ticket viejo que encontró en su bolso: una banana, tres profilácticos, un lubricante. Su hija era nueva en el colegio, ésta era su primera reunión de padres. Llevaba un trajecito verde, collar y pulsera. Quería dar una buena impresión a sus pares, estar a la altura de las circunstancias. Que no se le notará la falta de roce.
Al entrar se había sorprendido por la cantidad de hombres presentes. Los padres eran muy activos en el nuevo establecimiento. Lamentó que su hija no tuviera uno para exhibir en esta nueva etapa.
Cuando terminó de formular la pregunta se materializaron de repente decenas de ojos sobre su nuca. Ella se acomodó un mechón rebelde y completó segura de su triunfo:
-- ¿Crema de leche como lubricante para la banana le parece adecuado, maestro?

www.clarin.com/sociedad

lunes, 20 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias


Doscientas palabras diarias

Día 19
Lunes 20-1-14

Crónica suburbana

Le hubiera gustado ser veterinaria por eso estudió profesorado de biología. De niña juntaba cuanto bicho se le cruzara. Los padres debieron comprarle un pez para calmar su deseo de perro. No había lugar para animales voluminosos en el pequeño departamento del suburbio londinense. Pero había zoológico. Pasaba los domingos junto a los elefantes. Decía que sabía comunicarse con ellos.
No le gustaba su trabajo, detestaba a los adolescentes. Los estudiantes solían burlarse de ella. Pero ganaba lo suficiente como para ahorrar algo de dinero todos los meses. Libras que, sumadas a las que juntaba su novio, les permitirían viajar a la tierra prometida: Sudáfrica. El Addo Elefant National Park, la reserva más grande de elefantes. Por supuesto que podrían haber ido a Namibia, y acercarse en un Safari real a los paquidermos sueltos en la selva. Pero en la agencia de viajes les habían dicho que la única forma de asegurarse el contacto directo era en un parque, similar a la selva, pero controlado.
En el autito de alquiler recorrieron los senderos rojizos. En seguida vieron uno. Grande, monumental, majestuoso. La profesora se asomó y emitió su sonido. El elefante giró su cabezota, tomó carrera y embistió al auto.


http://movil.clarín.com/internet/elefante-embistio-hirió-turista-sudafrica_0_1066093776.html

domingo, 19 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 18
Domingo 19-1-14

Quince minutos


Recorría esos pueblos desde tiempos inmemoriales. Conocía cada plaza, cada terminal de ómnibus, cada iglesia metodista, cada higuera o árbol memorable. Tan iguales, tan distintos, que ni siquiera necesitaba saber en cuál estaba realmente. Lo suyo era una vocación de servicio.
El sol bajaba justo al frente, el oeste. Difícil manejar con el reflejo en los ojos, ya estaba viejo. Pararía en el primer pueblo. Llevaba la cabina sujeta a la caja de su camioneta, debía cuidarla, que  no se dañaran los delicados cristales de su artilugio. Los conectores de la ilusión eran frágiles.
Dobló en el bulevar central y se recordó cuarenta años atrás. Había pasado la fiesta de cambio de siglo en esa localidad. Bajó hasta la plaza deseando que no lo vieran, que nadie lo reconociera. Hubiera querido dormir temprano, ser anónimo. El pueblo estaba tan igual a sí mismo como todos. Nada había cambiado. El futuro atrasaba. Los autos jamás volaron, nadie viajaba en el tiempo, y él todavía podía vivir de los réditos de su cabina itinerante. Trashumante.
En la plaza la cola ya daba la vuelta. No podría acostarse temprano. La gente esperaba ansiosa su turno para comprar sus quince minutos de intimidad anónima.

www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-238060-2014-01-19.html

sábado, 18 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 17
Sábado 18/1/14


La China


El hombre llevaba una pena. Llegó al pueblo sin levantar la cabeza, refugiado en su dolor. Quién querría dañar a quien ya estaba herido de muerte. Se instaló en las afueras, en el rancho junto al río.
-- Tenga cuidado, amigo. Cuando el río ruge sube tan rápido que ni tiempo le da.
El vendedor le dijo por decir, por no preguntarle para que podía necesitar las municiones. El viejo apenas si asintió con la cabeza, y guardó las balas en su morral. Venía de Misiones, tenía la selva estampada en las arrugas. Comentaban que escapaba. De una china, o un oriental. Las pavadas que se hablan por espantar el calor. Difícil que el río rugiera ese verano, no había agua ni para mojarse los pies.
Al misionero no le hacía mella el calor. Horas los ojos achinados hacia la montaña, los oídos alertas al rugir. La tarde que por fin lo vio bajar no se sorprendió. En el más extremó silencio el tigre de bengala cruzó la siesta cordobesa en busca de su presa. El misionero no dudó, cargó su arma y disparó. De lejos vio caer al felino, y deseó el rugido que se lo llevara también a él.


http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-237999-2014-01-18.html

viernes, 17 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 16
Jueves 17-1-14


Espejo


El brillo atravesó su cara. Corrió ligero del surco de la boca al cono sobresalido de la oreja. Un instante. De no ser por el tropiezo en el puente de la nariz, jamás lo hubiera notado. Pero bastó una milésima de segundo sobre la órbita de su ojo cerrado para despertarla sobresaltada. Parpadeó y saltó en la cama.
-- ¿Quién anda ahí?
No obtuvo respuesta. Sin embargo todavía persistía la sensación del brillo. Atravesó la habitación a oscuras. Procurando no despertar a su asistente recorrió la casa en silencio. Las ventanas seguían tapadas con madera, las paredes blancas, todo estaba como siempre. Sin embargo ella había percibido un brillo. Podría haberse confundido, hacía muchos años que no veía un brillo genuino. Diecisiete años, tres meses y veintiún días que habían desterrado cualquier superficie lo suficientemente pulida como para reflejar su imagen. Tanto tiempo que ni siquiera la recordaba. Si hacía un gran esfuerzo le aparecía un recuerdo de una nariz sucia, cargada de pecas. Pero ya no tendría la cara de una nena. ¿Cómo se vería? En silencio, extremando los cuidados para evitar ser oída, la mujer más fea del mundo llenó de agua un pote y se asomó al abismo.

http://www.clarin.com/sociedad/conmovedor-mensaje-mujer_mas_fea_del_mundo_0_1067293544.html

jueves, 16 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 15
Jueves 16/1/14


Cenital


-- Dos mil cuatrocientos. Vivió setenta años, ponele que comenzó a pintar a los veinte. En cincuenta años pintó dos mil cuatrocientos cuadros. Pará que te digo cuantos al año.
La mujer había irrumpido en el atelier de su hija blandiendo el diario en alto. La nota hablaba de la obra robada de una pintora fallecida. Una artista que nadie recordaba pero que por lo menos había dejado un legado sorprendente.
-- Cuarenta y ocho al año, cuatro al mes. Uno por semana.
La chica tras el atril miraba a su madre que blandía sus dedos a modo de cuentas. Imaginó cómo podría transformar esos dedos en obra. El cuarto sólo tenía un ventanuco en el techo. La luz caía cenital sobre la tela blanca, y rebotaba encegueciendo a la pintora, que apenas si había logrado manchar algunas telas. A falta de vocación propia había elegido la materna.
-- No me mires con esa cara. Pintá. ¿O creés que la tela se va a pintar sola?
Los dedos regordetes se zarandeaban amenazantes. Dedos de pintora frustrada que no lograron alcanzar el ruedo del vestido de la chica que pisó la tela, trepó por el atril, abrió el ventiluz y escapó por los techos.

http://www.lanacion.com.ar/1655932-un-botin-de-mas-de-2400-obras-de-arte-y-de-tres-propiedades-usurpadas

miércoles, 15 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 14
Miércoles 15-1-14


Boludo


-- ¡Boludo!
-- ¿Me estás hablando a mi?
En el andén el calor apretaba fuerte, los pasajeros esperaban el tren apiñados en la pequeña línea de sombra que dibujaba la estación. Dos borrachos suscitaban la atención de los presentes con comentarios hilarantes. Ahora parecían haber llegado a una estadio más violento de su intercambio. Una señora llamó al policía que cuidaba desganado la tranquilidad del lugar.
El oficial se interpuso entre los contrincantes, quienes se apoyaban a su vez el uno en el otro, más por ayudarse a encontrar el huidizo equilibrio que por mera confrontación física. Los tres quedaron envueltos en un incómodo abrazo húmedo de sudor.
-- No voy a permitir riñas en esta estación.-- dijo el policía tratando de apartarse.
-- Si no es pelea, oficial. El muchacho y yo somos amigos. Decíle, boludo. Decíle que somos amigos.
Con esfuerzo el policía se desprendió del abrazo, el animal de tres patas perdió el equilibrio y los borrachos cayeron al suelo.
-- Si serás boludo.-- repitió el primero.
-- ¿A quién le decís boludo?
-- No a él.-- contestó señalando al policía.
-- Desacato, a la autoridad. A mí si que no me insultás.
El policía furioso encontró por fin un motivo para ejercer su autoridad.


http://www.clarin.com/sociedad/Murio-hombre-escribio-revolucion-dolor_0_1066693466.html

martes, 14 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 13
Martes 14-1-14


Performance


Cuando llegó a su rincón había tomado lo suficiente como para obviar las incomodidades del lugar. A la mugre ya se había acostumbrado, estaba impregnada en su piel. La suciedad era  camaleónica. A diferencia de sus colegas, Esteban prefería no ser notado. Había aprendido a vivir sin todo aquello a lo que los pasajeros en tránsito se aferraban asustados. No había nada que pudieran sacarle. Así de sencilla era su filosofía.
Con los ojos cerrados, aprovechaba la brisa matinal, al pie de la escalera cuando una risita  nerviosa le llamó la atención. Una chica gordita se sacaba la pollera a su lado, sin verlo siquiera. Hubiera extendido la mano, se veía mullida. Entonces vio que a su lado otras dos hacían lo propio.  Se daban ánimo, hablaban de una performance contra la rutina del subte. Controlaron la risa y entraron taconeando, revoleando sus culos blancos.
El alcohol le había provocado alucinaciones en algunas ocasiones. Se arrastró lento al andén y vio  al policía de guardia que se divertía con el espectáculo. Había también hombres en calzoncillos y más mujeres en bombacha. Esteban resolvió emularlos. Pero el policía dejó de reír: de un empujón lo redujo y lo obligó a vestirse.    

http://m.infonews.com/infonews/notas/118948.php

lunes, 13 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 12
Lunes 13/1/14

Invierno

Tenía la mano desnuda. No podía evitar el gesto. Hacía frío. ¿Cuántos años había llevado el anillo? Si contaba el compromiso habían sido diecisiete. De hecho su mano vacía parecía otra distinta de aquella recién vestida. Antes de casarse no había pisado la cocina. A su ex marido le molestaba que fuera tan torpe. No había semana que no se quemara. Cuando lo llamó para decirle que se había rebanado un dedo cortando cebolla, le prohibió que siguiera cocinando. Contrataron a Marie. Sus manos mejoraron, pero el resto del cuerpo se le fue marchitando. Era evidente que la nueva empleada era su vieja amante. Ella por lo menos tenía su anillo. La otra en cambio, ni eso. No se puede fiar una de un hombre infiel. De noche, cuando los escuchaba reír, se consolaba pensando en que las empleadas irían circulando pero la patrona sería siempre ella.
Por eso cuando él le pidió el divorcio, ella se sacó el anillo con dificultad. El metal se había acostumbrado a la piel y no se dejaba separar del dedo que abrazaba con fidelidad marital.  La joya ahora dormía en un cajón, y la mano apenas si lograba soportar el frío invierno parisino.


http://móvil.clarin.com/mundo/hollande-presionado-explique-romance_0_1064893578.html

domingo, 12 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 11
domingo 12/1/14


Vacaciones


Giró la llave y entró. Un vaho a encierro la golpeó en la cara. A tientas prendió la luz de la escalera, abrió las cortinas del cuarto de la nena, y del de la señora. Esperó media hora en el pasillo. Le hubiera gustado sentarse  en la cama grande, prender el aire acondicionado, la tele. Los mellizos no la habían dejado descansar. El calor en la casilla era intolerable.
Cerró las cortinas de los cuartos, bajó y encendió la luz de la cocina. Ahí sí le estaba permitido sentarse. Se hizo un te y abrió el diario. Se detuvo en una nota de China, mencionaba unas cajas para abandonar bebés. Recordó los nenitos del supermercado, con sus ojitos rasgados. Se le arrugó el corazón. La señora se habría olvidado de avisarle al diarero que se había ido de vacaciones. O capaz que era también una estrategia para que los ladrones no vieran que la casa estaba sola. La vecina le había dicho que eso que le había dado la señora no eran vacaciones, porque no la podía obligar a ir todos los días al trabajo. Si no limpiaba. Iba a cuidar. Por lo menos ahí podía descansar de los mellizos.

http://www.lanacion.com.ar/m2/1654906-en-China-una-polemica-forma-de-cuidar-bebes-abandonados

sábado, 11 de enero de 2014

200 palabras diarias

Día 10
Sábado 11/1/14


Contra viento y marea


El silbido de la pava sonó temprano en el monoambiente. La mujer lo escuchó desde la cama, su marido se levantaba cada vez más temprano. La noche anterior había alardeado con que lo mandarían a cubrir lo del rayo.
Lo escuchó abrir y cerrar la puerta de entrada, esperar el ascensor, y adivinó que volvería enojado una vez más. Sin viaje a la playa. Las notas importantes se las dan a los periodistas de la capital. A ellos jamás les perdonarían el pueblo. Durante el día, sin embargo, mientras veía la cobertura del caso del rayo en los noticieros, espió con ilusión los retazos de mar que dejaba ver la cámara. Soñó despierta, imaginó que podía ser posible. A media tarde resolvió armar un bolso. Por si había que salir corriendo. Podía oír las olas, un rumor desconocido pero familiar. Soñado.
El río no era el mar. Su marido y ella habían crecido cerca de las temas pero lejos del mar. Pensó en el sol y bajó a comprar una crema protectora. Cuando regresó oyó el silbido de la pava antes de entrar.
-- ¿Viajamos?
-- Sí, a Chajarí. Hubo un tornado. Podés creer que soy el único entrerriano de la redacción.


http://movil.clarin.com/sociedad/tornado-azoto-Chajarí-vientos-kmh_0_1064293773.html

viernes, 10 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 9
Viernes 10/1/14

Mal rayo te parta

Las dos mujeres tienen el pelo blanco, la cabeza ladeada y la mirada asustada de las aves enjauladas. Parecen hermanas.
-- Alejate de la ventana.
-- Está soleado, mamá.
La mujer que habla como niña es la hija de la otra, la que sentencia con graznido agudo:
-- En la tele dijeron que la tormenta se formó en un instante. Pobres chicos, se van de vacaciones y vuelven en un cajón. Pobre madre, porque el que sufre es el que se queda, no el que se va. ¿Te das cuenta? Te estoy hablando, María Elena. ¡Alejate de la ventana!
La mujer niña retrocede un paso vacilante, pero deja sus ojos fijos en el cuadrado de terrazas ennegrecidas, cables y antenas enmarcados por la ventana.
-- No hay verano que no insistas con aquello de la playa. Ya ves cómo mamá tenía razón. En la tele dijeron que la playa es fatal para los rayos. Que nunca hay que estar en un espacio abierto.
-- Puedo ver un reflejo del sol en la chimenea de la panadería. No va a llover, madre.-- susurra la mujer niña mientras retrocede alejándose de la ventana.
-- Así está bien. Venga a sentarse al sillón que va a empezar el noticiero.

http://movil.clarin.com/ciudades/muertos-caida-rayo-mar_0_1063094099.html

jueves, 9 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 8
Jueves 9/1/14

Vida

Escuchame. Hacé algo. Por favor, te lo suplico. Si pudiera llorar. ¿Por qué nos niegan el llanto a los nonatos? Cómo si lo necesitáramos menos. Como sí estar aquí dentro alcanzara para satisfacer todos los deseos de un feto. Madre, te estoy llamando. ¿Me oís? Estoy acá, tan cerca que puedo escuchar aún los latidos de tu corazón. ¿No oís los míos? Nuestros corazones aún laten. ¿Notaste? Jamás latieron al unísono hasta que tuviste el accidente. Podrás engañarlos a ellos, a mí no. Vivo adentro tuyo, conozco tus artimañas. Yo tampoco quiero vivir. ¿Escuchaste? No trates de pelear sola. No podés ganarles sin mi. Me necesitás. Por lo menos hasta convencerlos de que te apaguen el respirador. Jamás te dejarán morir mientras yo viva. Yo tampoco pude elegir. ¿Acaso me preguntaste si quería ser concebido? No me podés culpar de que te obliguen a vivir. No soy más responsable que vos, de hecho diría que menos. Te enojaste. ¿Ves? Me oís perfectamente. Ya sabía que estabas ahí. Todavía no te fuiste, aunque ellos piensen que sí. Escuchame, madre. El plan es el siguiente: tenés que matarme. Recién cuando mi corazón deje de latir permitirán que el tuyo también se detenga.

http://www.clarin.com/sociedad/Obligan-mantener-conectada-embarazada-muerte_cerebral_0_1063093969.html

Doscientas palabras diarias

Día 8
Jueves 9/1/14

Vida

Escuchame. Hacé algo. Por favor, te lo suplico. Si pudiera llorar. ¿Por qué nos niegan el llanto a los nonatos? Cómo si lo necesitáramos menos. Como sí estar aquí dentro alcanzara para satisfacer todos los deseos de un feto. Madre, te estoy llamando. ¿Me oís? Estoy acá, tan cerca que puedo escuchar aún los latidos de tu corazón. ¿No oís los míos? Nuestros corazones aún laten. ¿Notaste? Jamás latieron al unísono hasta que tuviste el accidente. Podrás engañarlos a ellos, a mí no. Vivo adentro tuyo, conozco tus artimañas. Yo tampoco quiero vivir. ¿Escuchaste? No trates de pelear sola. No podés ganarles sin mi. Me necesitás. Por lo menos hasta convencerlos de que te apaguen el respirador. Jamás te dejarán morir mientras yo viva. Yo tampoco pude elegir. ¿Acaso me preguntaste si quería ser concebido? No me podés culpar de que te obliguen a vivir. No soy más responsable que vos, de hecho diría que menos. Te enojaste. ¿Ves? Me oís perfectamente. Ya sabía que estabas ahí. Todavía no te fuiste, aunque ellos piensen que sí. Escuchame, madre. El plan es el siguiente: tenés que matarme. Recién cuando mi corazón deje de latir permitirán que el tuyo también se detenga.

http://www.clarin.com/sociedad/Obligan-mantener-conectada-embarazada-muerte_cerebral_0_1063093969.html

miércoles, 8 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 7
Miércoles 8/1/14

Bosque de estalactitas


La idea de plantar pinos alrededor de la casa había sido de ella. Lástima que no se había quedado lo suficiente como para verlos crecer. Dijo que era la elección correcta porque el pino es una de las especies de más rápido crecimiento.
-- En diez años tendremos algo de sombra.
Odiaba el sol, sus ojos grises miraban hacia el norte, donde la luz solar es breve. Ni ella sabía cómo se había dejado arrastrar hasta ese desierto árido, donde habían extirpado la palabra sombra de los diccionarios escolares.
Él se encargó de regarlos, por lo menos hasta que crecieran como para que ella misma pudiera asomarse al exterior luminoso. Cuando las hormigas decidieron pelear por aquello que pretendían usurparles fue él quien las combatió con ahínco. Aunque ella ya no estaba para ordenárselo.
De noche los pinos crujían hamacados por el viento caliente. Insomne el hombre tejía planes de poda que olvidaba por la mañana. Pero un día llegó el frío. Uno que cortaba la piel en lonjas y teñía el bosque de gris inmóvil. Un manto de silencio cubrió la casa. Parapetado en la ventana el hombre tampoco durmió. Vigilaba el brillo de sus ojos saltando entre las estalactitas.

http://www.20minutos.es/noticia/2023099/0/vórtice-polar/estados-unidos/frío-desconocido/

martes, 7 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 6
7/1/14

El pescador

Al hombre le daba lo mismo pescar o no pescar. O sea, el acto mismo de sustraerle un fruto al mar, era secundario. Lo imprescindible era la ceremonia. Plantarse frente al océano el tiempo suficiente como para arrancarle su secreto. Un suspiro que sucedía a diario, pero que se olvidaba al despertar al día siguiente. Entonces debía volver. Y así por toda la eternidad. O por toda su vida, que era su propia eternidad.
¿Sería la eternidad infinita la que le prestaba el mar durante un breve instante? No lograba recordarlo. Esperaba la revelación con la línea sumergida. Paciente intentaba recordar el secreto antes de que le fuera rebelado. No se resignaba al olvido. En el horizonte una ola gigante se levantó hacia él. Con destreza desconocida logró esquivarla. ¿Se defendía? ¿El mar se defendía del arrebato?
Una segunda ola avanzó con mayor fuerza. Un tentáculo surgido de las entrañas que lo atenazó por la cintura sosteniéndolo a flote mientras lo hundía en la profundidad. Allí, en el fondo del mar, el secreto marino reventó en su cabeza y lo poseyó. Entonces el hombre fue mar, y el mar hombre. Hombre débil que el nuevo mar escupió hacia la costa.

http://www.clarin.com/mundo/Sobrevive-horas-mar-nadar_0_1061894027.html

lunes, 6 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 5
Lunes 6/1/14

Corazón partido

-- No tengo un mango, hermano.
El uniformado observó al hombre que le hablaba. Sucio, renegrido, hilos de sangre. En la huída se habría raspado con las espinas. Habría corrido asustado. Tan cocorito que parecía. Teme, concluyó satisfecho.
-- Parate, hablame como hombre, querés.
El fugitivo se incorporó lento, midiendo la situación. Sacudió el polvo de su cuerpo. Miró inquisitivo al guardia cárcel. El tipo parecía hablar en serio.
-- De dónde querés que saqué la plata.
-- Ese no es mi problema. Me pediste que te ayude a escapar y lo hice.
Bajó los ojos, el sol de la tarde clavaba astillas en sus pupilas. Se sonrojó. Le costaba aceptar la decepción. El amor era su única debilidad. El guardia lo miró sorprendido.
-- No irás a creer que te ayudé a fugar por tu culo.
Su presa cerró los ojos.
-- ¿Sabés cuántos me cojo como vos?
El fugitivo se agachó, escondió la cabeza entre las manos. El cuerpo se le derretía bajo el sol de la tarde. El guardia sacó su arma, como si fuera necesario. El hombre adelantó sus brazos para que su amante lo esposara.
-- ¡Qué tierno el asesino putazo!
Río fuerte. El monte le devolvió el eco de su risa.

http://movil.clarin.com/policiales/fuga-Chaco-terrateniente_0_1060094424.html

domingo, 5 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Doscientas palabras diarias

Día 4
Domingo 5/1/14


Silencio


Lo mejor de vivir en el piso veintisiete era que aunque no hubiera electricidad, por lo menos corría una brisa. Caliente, espesa, irrespirable, pero aire al fin. El matrimonio llevaba incomunicado ocho días. La batería de la radio se había agotado. Fue la primera discusión. Ella sostuvo que sí él no fuera tan miserable habría comprado pilas extras. Tenían más dinero del que podrían gastar.
-- ¿Vos sabés cuánto nos queda de vida?
Él lograba desconcertarla. Entonces ella enmudecía.
Poco después la comida del frezer comenzó a heder.
-- ¿Viste?  ¿De qué te sirvió ser previsora? Muy útil tener la heladera llena de carnes.
No le contestó. Agarró una bolsa plástica y comenzó a llenarla con las carnes agusanadas.
-- Buena idea. ¿Vas a bajar la basura por la escalera? Porque no creo que suba nadie a buscarla.
Convivir con su marido nunca había sido fácil pero las condiciones climáticas adversas y el encierro obligado estaban tornándolo imposible.
Se acercó con parsimonia al balcón. Abrió la bolsa y tiró primero el pollo. Esperó el ruido de la carne podrida reventando contra el asfalto. Pero el sonido no subió. Entonces, sin dudarlo trepó a la baranda y se arrojó ella misma al vacío reparador.

www.perfil.com "Hebe y los cortes de luz: se pudre la comida porque tienen el frezer lleno"

sábado, 4 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias



Doscientas palabras diarias

Día 3
Sábado 4/1/14


Babilonia oriental


La cocina estaba en el subsuelo de un edificio herrumbrado. Elegante antigüedad para los comensales; suciedad, roedores y hedor para los trabajadores. Arriba, melodías y aromas a mar. Abajo, apenas si se lograba respirar entre tanta capa centenaria de mugre superpuesta. Un pequeño ventiluz sobre los fogones evitaba la inversión innecesaria en un extractor de aire. Las mejillas del pequeño cocinero hervían. Su única función era revolver la olla. Había sido el último en entrar. Jerarquía culinaria: a mayor cercanía con el fuego, menor orden de importancia. Pero las manos de Jian no parecían sufrir el esfuerzo. Agitaban el cucharón pesado de hierro sin siquiera detenerse a controlar el contenido. Su trabajo no incluía evitar que se queme, se seque, o se apelmace el plato del día. Sólo agitarlo. Sus manos quemadas, sus pies hinchados, las mejillas arreboladas, pero sus ojos no. Volaban fuera, se elevaban por encima del vapor, trepaban hacia el ventiluz y se detenían en el pedacito de cielo que permitía ver el exterior. Un celeste inmóvil. Las manos en movimiento perpetuo, pero los ojos en la quietud infinita, esperando una nube ocasional que remontara su sueño. Un día construiría un globo gigante y por fin subiría.  

http://m.minutouno.com

viernes, 3 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias


Día 2
Viernes 3 /1/14

Risas

¿Quién es la bebé de mamá? Te ríes. Te hago cosquillitas y te ríes. Una risa fuerte, gorda. Las niñas buenas no se ríen como varones. Cierra esa boca, vamos. Así, más fino. Las nenas tenemos que aprender a ser elegantes. ¿O quieres quedarte para vestir santos? Te vuelves a reír. Deja que te enseñe. Ese resoplido no es propio de una damita. Me miras con los ojos grandes como platos, piensas que no necesitas ahora que ningún hombre se fije en ti. Pero ya vas a necesitar. No creas que no noté como miras a tu papi. A él no le haces risotadas sonoras. Todo caída de ojitos y sonrisa timiducha. Así eres, mi niña. Conmigo solo mirada desorbitada y ronquido burdo. La bebé de mamá tiene que aprender a ser una señorita siempre, no sólo con su padre. ¿Acaso crees que que él se fijaría en cualquiera? No te asustes pequeña. Mami te quiere ayudar. Creerás que porque tienes unas pocas semanas de vida aún no es tiempo. Pues sí, lo es. Y cierra ya esa bocota que te estás poniendo morada. Voy a retirar mi mano y cuando lo haga quiero que hayas dejado de roncar. ¿Estamos?

http://tiempo.infonews.com/2014/01/03/policiales-116074-investigan-la-muerte-de-una-bebé.php

jueves, 2 de enero de 2014

Doscientas palabras diarias

Doscientas palabras diarias
Día 1
Jueves 2/1/14

Sequía

La última noche del año no durmió. Giró en la cama quieto. La cabeza dando trompos. El golpe estaba organizado desde hacía meses. El feriado bancario del Año Nuevo garantizaba la caja suculenta en el supermercado. Estudiado al detalle, nada podía fallar. Sin embargo todo había cambiado.
Héctor lo había convocado en el mes de julio. Un tornillo importante, se acordaba porque lo había citado en el Suquía. Ahí, entre los patos estaba el gordo Héctor tirando piedras al hilo de agua.
-- Tremenda sequía, ni agua.
-- Sequía en el bolsillo, Nene.
Le decían Nene en el pabellón. Y abuelo al más joven. Así era el humor tumbero. Dos meses afuera y ya se estaban juntando. Mala señal. Era un juego de niños nada podía fallar.
-- Será de niños, pero nosotros ya estamos grandes, Gordo.
Se rió. Volvieron a juntarse cada primer lunes de mes. El río cada vez más seco. Al final hasta los patos habían huido. La mañana de los saqueos tocaba el último encuentro. El Nene fue por inercia.
-- ¿Viste? Juego de pibes. Hasta mi vecina se trajo unas cajas de Sidra. Pobre tipo, se quería matar. Las góndolas vacías.
Rieron, pero al Nene ya no le gustaba.

http://m.justiciacero.diarioveloz.com/notas/113527-el-super-robo-año-nuevo-se-llevaron-mas-un-millon-pesos