Día 29
Jueves 30-1-14
Indigestión
Amanda no sabe, no contesta. No puede. Las mentiras tejieron telones pesados de terciopelo. Ojalá pudiera correrlos. La noche previa a la sentencia se despertó en medio de una pesadilla. La abstinencia sexual le jugaba malas pasadas. Las imágenes del sueño se le escapaban, intentó asirlas. Creyó que así podría al menos correr algún velo. Una textura, un olor. ¿Era ella? Habían compartido muchas noches antes del asesinato. Eso sí lo recordaba. Era una compañera de cuarto divertida. Bella. Tan hermosa que Amanda temía que su novio estuviera con ella solo porque le gustaba su compañera. Él le había pedido que le insistiera. Se reía. Podría haber dicho que no y listo, estaría viva. Y Amanda no estaría esperando una nueva sentencia sin recordar la verdad. Su verdad, no la del juez. Habían pasado tantos años. Hubo tantas versiones. Preferiría haber muerto ella. Cuando leía la descripción de los hechos en los alegatos no se reconocía. Una orgía. Ella que era tan célibe que solo tenía sexo en sus pesadillas. No podía ser la misma. Si pudiera recordar. Debería haber anotado su confesión verdadera para recordarla más tarde. Pero cómo podría haber imaginado que el horror se digiere tan rápido.
http://internacional.elpais.com/internacional/2014/01/30/actualidad/1391069539_205195.html