Día 20
Martes 21-1-14
Educación sexual
El silencio no se cortaba ni con un escalpelo. Era espeso, negro, inundaba el aula. Un silencio hecho de ausencias. Sin ojos, ni bocas, ni oídos. Sin penes, ni vaginas. El maestro intentó carraspear. Sin embargo tampoco había aire en sus pulmones.
--¿Y qué días de la semana deberán traer el material?
Mientras el docente hablaba, la mujer había anotado los elementos enumerados en la cara interna de un ticket viejo que encontró en su bolso: una banana, tres profilácticos, un lubricante. Su hija era nueva en el colegio, ésta era su primera reunión de padres. Llevaba un trajecito verde, collar y pulsera. Quería dar una buena impresión a sus pares, estar a la altura de las circunstancias. Que no se le notará la falta de roce.
Al entrar se había sorprendido por la cantidad de hombres presentes. Los padres eran muy activos en el nuevo establecimiento. Lamentó que su hija no tuviera uno para exhibir en esta nueva etapa.
Cuando terminó de formular la pregunta se materializaron de repente decenas de ojos sobre su nuca. Ella se acomodó un mechón rebelde y completó segura de su triunfo:
-- ¿Crema de leche como lubricante para la banana le parece adecuado, maestro?
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