Día 8
Jueves 9/1/14
Vida
Escuchame. Hacé algo. Por favor, te lo suplico. Si pudiera llorar. ¿Por qué nos niegan el llanto a los nonatos? Cómo si lo necesitáramos menos. Como sí estar aquí dentro alcanzara para satisfacer todos los deseos de un feto. Madre, te estoy llamando. ¿Me oís? Estoy acá, tan cerca que puedo escuchar aún los latidos de tu corazón. ¿No oís los míos? Nuestros corazones aún laten. ¿Notaste? Jamás latieron al unísono hasta que tuviste el accidente. Podrás engañarlos a ellos, a mí no. Vivo adentro tuyo, conozco tus artimañas. Yo tampoco quiero vivir. ¿Escuchaste? No trates de pelear sola. No podés ganarles sin mi. Me necesitás. Por lo menos hasta convencerlos de que te apaguen el respirador. Jamás te dejarán morir mientras yo viva. Yo tampoco pude elegir. ¿Acaso me preguntaste si quería ser concebido? No me podés culpar de que te obliguen a vivir. No soy más responsable que vos, de hecho diría que menos. Te enojaste. ¿Ves? Me oís perfectamente. Ya sabía que estabas ahí. Todavía no te fuiste, aunque ellos piensen que sí. Escuchame, madre. El plan es el siguiente: tenés que matarme. Recién cuando mi corazón deje de latir permitirán que el tuyo también se detenga.
http://www.clarin.com/sociedad/Obligan-mantener-conectada-embarazada-muerte_cerebral_0_1063093969.html