Silencio
de
Bibiana Ricciardi
Duérmase mi niña, duérmase mi
sol. Esta niña mía no quiere dormir. No puede. No debe. Vigila. Vigilia. Ese
hombre malo le quiere pegar. Golpes de amor que no sabe comprender. Duerma mi
chiquita, usted ya es mujer. No hable. Duerma. Descanse. La calma sigue al
huracán. Cierre los ojos y calle. Recuerde. ¿Acaso yo hablé? Usted sabe que no.
No pude. No debía. Por usted, por mí. Por sus hermanos. Sane pronto mi hijita. Olvide,
regrese. Lo peor pasó. Esos niños lindos que Dios le dio. Esperan. Solos en
casa. Con él. Son de él. Silencio. Cure esas heridas. Vuelva. Descanse. Cuatro
chiquitos precisos que el hombre le dio. Golpes y niños. Sabe usted que es así.
Mujeres fuertes. Por dentro, por fuera. Resista. Aguante y se va. Capaz un día
Dios se apiade y se lo lleva. Como al mío. Su padre. ¿Lo extraña? Ya lo va extrañar.
Inspirado
en: http://www.clarin.com/edicion-impresa/violencia-genero-Justicia-llega-tarde_0_756524373.html