Agradecimiento
de
Bibiana Ricciardi
Mirta no tenía más que palabras
de agradecimiento para ese santo milagroso que le permitía mantenerse activa a
su edad. Muchas de sus amigas ya no conseguían trabajo. Habiendo tantas chicas
jóvenes desocupadas quien querría una mujer tan mayor para limpiar la casa. Pero
Mirta encontró una solución salvadora: le propuso a su empleadora limpiar su
casa y cocinar su comida en el tiempo en que ella podía hacerlo. Ya no podía
moverse tan rápido, y la casona le parecía cada día más grande, pero a cambio
de esto podía trabajar más horas, sin cobrarle extra por hacerlo. La señora le
preguntó si no prefería jubilarse, pero ella le recordó que no había realizado
los aportes, que no podría hacerlo. La patrona aceptó, y Mirta peregrinó hasta el
altar del santo milagroso que aún le permitía ganarse el pan nuestro de cada
día con el sudor de su arrugada frente.
Inspirado
en: http://www.clarin.com/sociedad/musica-pirotecnia-santuario-San-Cayetano_0_751124953.html