Próceres
de
Bibiana Ricciardi
En el parnaso de los héroes hay de todo. Están
los que son de pura cepa, y también aquellos que se metieron de prepo. Acá no
hay portero. No es como en el cielo que San Pedro te dice vos si, vos no, vos
volvé pasado mañana. Acá no. ¿Quién puede ser el más prócer de todos? Peor aún,
¿Quién tendría el tupé de designar a aquel que merezca elegir entre sus pares,
a uno capaz de discernir sobre el ingreso con dignidad? Nadie. Imposible. Por
eso, como les decía, acá vivimos sabiendo que el vecino tal vez sea un
advenedizo. O, que el de enfrente tal vez sospeche que uno mismo lo sea. Por eso los actos en la tierra son tan útiles
aquí arriba. Y esa es la razón por la cual Evita está furiosa con la idea de
ocupar el mismo billete que antes hospedara
a Roca.