Deudas
de
Bibiana Ricciardi
Una mujer camina despacio. La vemos cruzar la
calle arrastrando sus pies. Si pudiéramos acercarnos podríamos escucharla tararear.
Una canción de cuna que le cantaba su abuela, tal vez. O una melodía pegadiza
de esas que suenan en las radios berretas que cuelgan de las rejas que separan
a las internas del mundo real. Una canción disonante que perfora el vacío de la
siesta en la que viven las presas desde tiempo inmemorial.
La mujer ha recuperado su libertad. Está a mano
con la sociedad, ha purgado su culpa, ha expirado ya su condena. Pero aún no
entiende qué culpa es aquella que le han cobrado. ¿La de haberse deshecho del
fruto de la violación a la que fue sometida? La vemos doblar en la bocacalle y alejarse. Si
quisiéramos escucharíamos su lamento. Ella ha pagado su deuda, pero no sabe
cómo hacer para cobrarle la suya a sus acreedores.
Inspirada
en: http://www.clarin.com/sociedad/Liberan-Romina-Tejerina-condenada-matar_0_725327513.html