Grito indoloro
de
Bibiana Ricciardi
Un grito mudo horadó el horror y taladró sus tímpanos. El hombre sufría en Noruega, y su pavor paría
un ícono eterno que rebotaba como
eco en el Guernica de Picasso, cauterizando la herida abierta por el nazismo en
el pequeño poblado español. El mercado deglutiendo lo siniestro. Una misma mueca
que atrapó Nick Ut en el rostro de la niña que corre quemada con el Napalm que los americanos derramaron
sobre su aldea japonesa. Un grito sin sonido, expresión plástica inaudible capaz de
succionar el dolor de toda una humanidad.
Agujero negro que atrapa y devora lo inexplicable. Boca inmensa que rebota en
Ecuador, cuando Guayasamín retrata a los pueblos
originarios masacrados. El arte al servicio de la humanidad, ayudando a nombrar
aquello que no tiene nombre. ¿Puede representarse lo
siniestro? Tal vez, pero el hombre se encargará
de masticarlo, rumiarlo y devolverlo domesticado, apto para el consumo humano.
Inspirado
en: http://www.lanacion.com.ar/1469998-precio-record-por-el-grito-de-munch-us-1199-millones