Envidia
de
Bibiana Ricciardi
Lo sorprendente es que nadie se sorprendió. Se
lo digo así, doctor porque es la verdad. Usted es un gran abogado pero el caso
estaba perdido antes de comenzar. Demasiados hombres en la sala. Si la decisión
de condenarme hubiera estado en manos de una mujer capaz que ahora estaba
libre. Fíjese bien el detalle que le señalo.
Nadie se sorprendió. O, mejor dicho, nadie mostró su sorpresa. Porque
sorprenderse, se sorprendieron todos. No jodamos. Y no digo sorprenderse por lo
del animal, no señor. De eso nadie se sorprende. Quién no tuvo alguna vez algún
“alivio” con un animalito querendón. Vamos, no es novedad. El tema es quién lo
tuvo a mi edad. Se mueren de envidia. Más de uno en esa sala, mucho menores que
yo, no hubieran podido forzar a la perra. Hay que hacerlo a los setenta y
siete. ¿Sabe qué? Esa condena se llama envidia.
Inspirado
en: http://www.lanacion.com.ar/1468052-la-pampa-condenan-a-un-hombre-a-once-meses-de-prision-por-violar-a-una-perra