Sr Juez:
de
Bibiana Ricciardi
Como es de público conocimiento, he sido básicamente
un hombre de ciencias. Dediqué mi existencia a mejorar la de mis semejantes. Trabajé
con denuedo por multiplicar la vida a mí alrededor. Transformé la triste
realidad de miles de parejas. Administré con proba justicia cada uno de los
múltiples recursos puestos a mi alcance. Cientos de dibujos de los niños que
logré engendrar son una muestra gráfica de mi vasto aporte a la humanidad. Por
todo esto les imploro compasión. ¿No puede acaso quitarse la vida quien tanta
vida diera? No malinterpreten mis palabras, mi reconocido agnosticismo no me
impide saber que no soy Dios. Conozco mis propios límites; son ellos, de hecho,
los que me empujan a tomar esta drástica decisión. A mi edad ya no puedo
continuar con mi labor. Hace tiempo que he dejado de producir esperma, y me
niego a continuar con algún otro de dudosa procedencia.