martes, 10 de abril de 2012

Día 196 (9.4.12) – Proyecto 150 (palabras) x 365 (días)


Sequía
de Bibiana Ricciardi
Un pedazo de postal monocromática asomaba por el ventanuco del consultorio improvisado. Hacía más de cuarenta años que el hombre había gritado su juramento hipocrático. Lo suyo era un sacerdocio más que una profesión. Era de los que creían que se podía tapar el sol con un dedo --o por lo menos lograr un punto de sombra, lo cuál en ese desierto senegalés significaba bastante--. El viento colaba la arenilla a través de las bisagras. El doctor bajó la vista y enfrentó enérgico a la mujer.
                -- Tu hija se muere. ¿No vas a hacer nada?
                -- Tengo siete hijos y otro por venir. Si esta se muere, se muere.
La pequeña diminuta, consumida, movía la inmensa bóveda de sus ojos de un rostro al otro sin dar signos de comprender su sentencia a muerte.
-- Es Dios el que debe mantener a los niños.—agregó la madre.
El hombre, cansado, olvidó su juramento.