Representación
de
Bibiana Ricciardi
Dudó. El teatro estaba logrando cansarlo. Cómo
podía interesarle un arte milenario sin ninguna renovación. La representación
escénica había perdido verosimilitud. ¿Quién podía creerle a un actor sobre un
escenario? La esposa, insistió. Dijo que sería antigua pero que a ella seguía
gustándole el teatro. Que una vez en la vida que los invitaban, cómo no
aprovechar. El hombre se vistió con esmero, y se dispuso a un nuevo sacrificio
conyugal. La paz del hogar requería que uno se inmolase cada tanto.
Fila tres al medio. Imposible escapar. Observó con cierta desesperación a sus
semejantes cercanos. Buscaba algún cómplice con quien compartir el rechazo. Una
mujer se levantó a su lado, y anunció que se haría volar por los aires. Codeó
molesto a la esposa. Lo que más le repelía del viejo arte eran sus vanos
intentos por modernizarse. Pero entonces la explosión apagó su reflexión.
Inspirado
en: Clarín 4/4 “Una terrorista suicida causó al menos diez muertos al inmolarse
en un teatro de Somalía”