Gallina que canta pone
huevos
de Bibiana Ricciardi
Tu padre y yo nos casamos el día que
la abuela nos regaló el cubículo matrimonial. En ese tiempo cada pareja podía tener
su propio camastro, anexado al de sus padres. Había más espacio, ¿sabés?
Todavía se permitía tener canteros flotantes en las salientes de las casetas, para
que cada familia cultive su propia huerta. En casa comíamos ensalada de tomate,
incluso. Ojo, no lo vayas repitiendo por ahí porque a ver si todavía tenemos
problemas. Estaba permitido, todavía no se había reglamentado la prohibición. La
verdad es que se extraña el sabor. O la textura. A mí las gotas nunca me
gustaron. No digo que no sea cierto lo del espacio que ocupaba la comida.
Fijate que en todos los cubículos había alacenas y heladeras. Era otra época.
Antes las gallinas estaban al servicio de la personas. No te rías, es verdad.
En el siglo pasado la gente comía huevos.