miércoles, 21 de marzo de 2012

Día 176 (20.3.12) – Proyecto 150 (palabras) x 365 (días)


Madre hay una sola
de Bibiana Ricciardi
El chiquito la miraba escondido detrás de los barrotes de la escalera. Su mamá impartía órdenes sin verlo. Celina estaba recién llegada del Perú, había ido de la terminal de ómnibus derecho a la mansión, en la que le darían trabajo. En su país había dejado un niño tan parecido a ese, que no podía dejar de mirarlo. Tendría un añito o dos, no más. La señora le hablaba, y ella apenas la escuchaba. No podía dejar de pensar en la aberración de abandonar a su hijo para cuidar al de otra mujer.
-- Por el chico no se preocupe, él tiene a su niñera. Lo suyo sólo se trata de la limpieza de la casa.
                La voz volvió a su memoria cinco años después, cuando encontró a Facundito ahogado en la bañera. La patrona lo había matado porque el niño quería más a Celina que a su propia madre.