Todopoderoso
de Bibiana
Ricciardi
-- Colega,
no me va a bajar ahora los brazos, ¿no?
-- ¿Colega?
-- Usted
administra la justicia de los hombres, yo la de Dios.
-- ¿Por qué
no le pide a su Dios que los salve, entonces?
-- Con Dios
tengo mis cuentas al día.
-- En la
tierra el poder tiene algún límite, padre.
-- En la
tierra el dinero es poder, y yo le he dado todo lo que usted podía soñar, y más
aún.
-- Gracias
a eso he logrado mantenerlo fuera de la cárcel, pese a haber sido condenado por
un delito que sensibiliza mucho a la sociedad.
-- Conozco
a los hombres, doctor. Pocas cosas son más volubles que la opinión pública.
Haga algo al respecto.
-- Aunque
pudiéramos convencer a la gente de que el abuso infantil no tiene por qué ser
aberrante, todavía estarían los jueces.
-- De los
jueces me encargo yo. Ellos también pertenecen a la justicia divina de la que
le hablaba.
Inspirado
en: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-189192-2012-03-09.html