Video amateur
de Bibiana Ricciardi
Levanta el arma, orgulloso. Posa, se acomoda la gorra.
Está feliz. Qué se iba a imaginar que iba a matar al tirano. Un chico como
cualquiera. Como yo. Tanto entrenamiento. Tanto esfuerzo. Se lo merece. Alá es
sabio. Mi amigo, mi hermano, héroe nacional. Qué digo nacional, internacional.
Hasta Hollywood no para. Se me llenan los ojos de lágrimas. No es momento para
sensiblería. Pulso firme. Debo estar a la altura de los acontecimientos. Como mi
amigo, mi hermano: no se le movió un pelo. Apuntó y disparó. Un tiro certero. Yo también apunto.
Mi disparo es más largo. Hay que sostener la imagen del monstruo en la pantallita.
Sangrante y machucado, pero todavía caliente. Parece que en cualquier momento
se levanta. No debo temer. De mi teléfono celular depende el éxito de tan
importante gestión. ¿De qué sirve la hazaña si no tiene registro en You Tube?