miércoles, 19 de febrero de 2014

Doscientas palabras diarias

Día 49
Miércoles 19-2-14

Envidia

El problema del teléfono es la independencia que adquiere. Tiene la particularidad de sonar cuando uno necesita soledad, y de enmudecer cuando más se ansía una comunicación.
El poeta sabe que no puede prescindir del aparato. Menos ahora que el afuera puede irrumpir de múltiples formas, pero siempre a través de la misma pantallita. Conoce la importancia de mantenerse comunicado, hoy no alcanza con ser. El parecer es vital para sobrevivir en la jungla literaria. Por eso prefiere usarlo mudo, junto a su computadora y lo espía con el rabillo. Cuando la inspiración escasea la consulta es permanente. El chequeo entonces incluye comprobar cuantas personas comentaron algún texto de Facebook, o quienes retuitearon una salida ingeniosa. A veces se permite incluso pispear el blog del colega talentoso cuya inspiración parece ser perenne, rastrear la recurrencia en ciertas imágenes, buscar ideas para emular. Siempre en el telefonito, porque la pantalla de su computadora permanece firme en el blanco impoluto del procesador de textos, presta a contener su propia poesía.  Esa misma por la cual deberían estar llamándolo en este preciso instante para rogarle que asista al salón del libro de París. Sin embargo, el pérfido continúa encerrado en su mutismo habitual.

http://www.infobae.com/2014/02/19/1544771-la-polemica-exclusion-autores-criticos-del-oficialismo-al-salon-del-libro-llego-francia