sábado, 19 de enero de 2013
Proyecto "Usted está aquí"
300 metros, 14 de Julio y Charlone, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina
Las piernas le pesaban. La sexta vuelta era demasiado para sus músculos convalecientes. Deportista de elite, ironman. Quién lo viera y quien lo ve.
-- Inspiro, expiro. Por la nariz. No abras la boca.
Idiota. Ya sabía que no debía abrir la boca sólo que no podía evitarlo. Un efecto pez fuera de la pecera. No podía dejar de ahogarse, pero conocía perfectamente la técnica. ¿Para qué había contratado a un entrenador? Para escucharle decir obviedades. El tipo trotaba frente a él, elegante, suficiente, condescendiente. Fachero, hasta las jubiladas del yoga lo miraban de reojo. Ocupaban todo el centro de la plaza. Viejas putonas. ¿Por qué no se buscó una mina? Una que fuera como la zanahoria del caballo. Un culito apretado que diera ganas de seguir. Pero no, desde el accidente ya no tomaba sus propias decisiones. Mary se había hecho dueña y señora. ¿Dueña de qué? Del gordo fofo en el que se había convertido. Pobre Mary, semejante carga. ¿De dónde habría sacado el teléfono del entrenador? En eso seguía siendo el mismo. No podía dejar de pensar mientras corría. Como sí un cable uniera sus pies y su cabeza. A quién carajo le importaba de dónde había sacado el teléfono del entrenador Mary. Pensar que el médico le ordenó que volviera a entrenar para que dejara de pensar.