Publicidad subliminal
de
Bibiana Ricciardi
Producir cine era cada vez más
costoso, y la venta de entradas había disminuido considerablemente. Algunos
culparon a la piratería que permitía el visionado gratuito de películas. Pero los
estudios demostraron que había incluso una merma del consumo hogareño. Al
parecer la gente estaba perdiendo el deseo por los productos ficcionales, que no
podían competir con la riqueza semántica proporcionada por la propia realidad. Toda
la vasta industria del entretenimiento estaba en riesgo de extinción. Entonces
fue cuando se impuso esta medida extrema. El concepto era simple: intervenir la
realidad con sucesos de la ficción. Una publicidad subliminal más, nadie podría
asustarse por ello. Algunas veces salía bien, como el caso del animal mutante
en New York que remitía al mito del hombre araña. Otras la iniciativa se les
iba de las manos, como en el triste suceso de la masacre de Denver, diseñada
por el equipo publicitario de Batman.