Espejito, espejito
de
Bibiana Ricciardi
Armando supo que su idea era
brillante desde el instante en el que se le ocurrió. Había acompañada a su
esposa a comprarse un vestido. Una vendedora muy amable les ofreció una
variedad de la que ambos eligieron tres modelos. Su mujer entró al vestidor del
local, y se probó el primero, pero no quiso ni probarse el segundo porque sostuvo
que el espejo del probador distorsionaba su imagen. Armando sabía que jamás se
debe contradecir a una mujer cuando habla de su propio cuerpo, pero no logró
distinguir ninguna diferencia entre la imagen reflejada y la original. Entonces
se le ocurrió el invento. Agotado de recorrer shopping tras shopping imaginó la
maravilla de un espejo que muestre sólo la realidad soñada. Su esposa y él son
ahora millonarios, pero ella nunca supo el verdadero origen de la fortuna.
Armando prefirió dejar que siguiera creyendo que tenía un cuerpo perfecto.
Inspirado
en: http://www.lanacion.com.ar/1491673-promueven-un-ley-para-que-las-fotos-retocadas-por-photoshop-lleven-una-acalaracion