jueves, 24 de mayo de 2012

Día 241 (24.5.12) – Proyecto 150 (palabras) x 365 (días)


Lección
de Bibiana Ricciardi

                Como se enseña desde la más tierna infancia, hubo una era en la cual los humanos se regían por el movimiento de un astro y un satélite (“sol” y “luna” respectivamente). Había fragmentos de tiempo designados con el vocablo “hora”, que en un conjunto de veinticuatro conformaban otro valor de tipo cronológico llamado “día”. La clasificación continuaba con términos como “mes” o “año”, de acuerdo al número de unidades designadas. Los investigadores deducen que dicha forma organizativa no era mero cronograma de uso. Al parecer, nuestros antepasados tenían una relación tan fluida con las entidades estelares, que hasta programaban un tiempo de exposición  al sol y otro de contemplación de la luna. Prueba de esto es la cantidad de literatura escrita sobre estos astros, a los que les atribuían la capacidad de interferir en el ciclo vital.  Espeluznante, ¿verdad? Sólo historia. Hoy nada nos obliga a concebirnos como criaturas finitas.