Diferente
de
Bibiana Ricciardi
Conocí al padre de mi hijo en una hamburguesería. En
aquel tiempo, antes de la ley permisiva, todavía no habían cambiado los
mobiliarios. Por lo tanto Esteban usaba dos sillas. Como casi todos los
presentes, pero algunos apenas si las llenaban. Mi hombre, en cambio, las
desbordaba. Todas lo mirábamos pero él me miró a mí. Sus ojitos brillaron en
esa carota gigante y supe que no podría resistirme. Para la boda me sometí a
una dieta que me permitió ganar los kilos que ameritaba la ocasión. Desde
entonces he ido ganando peso paulatinamente hasta estar a la altura del hombre
que me acompaña. Mi marido y yo éramos felices, sólo deseábamos un hijo, pero
no estábamos preparados para la llegada de un niño así. Los doctores nos explicaron
que hay muchas familias en nuestra situación, sin embargo nosotros no hemos visto
nunca un chico tan delgado como nuestro Máximo.
Inspirado
en: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2012/05/11/codigosalud/1336727465.html