Sentimientos encontrados
de Bibiana Ricciardi
Todos saltaban a mi alrededor. Gritaban, cantaban. Vengo de una familia capaz de hacer despertar a un muerto con sus festejos. La tía canta, las primas bailan, la abuela recita. A veces nos mandaban a llamar de pueblos vecinos para darle un toque de alegría a algún casamiento. Nosotros aceptábamos sin esperar retribución económica alguna. Incluso muchas veces éramos nosotros los que precisábamos asistencia con algún sentimiento huidizo. No se puede sentir todo. A nosotros, por ejemplo, nos sobraba alegría y nos faltaba tristeza. Por eso, cada vez que se moría uno de los nuestros pedíamos ayuda para el velorio a los Marcolini, quienes compartían gustosos algunas de sus lágrimas. De hecho, ese día, cuando me desperté en el cajón rodeado de velas, lo primero que vi fue a la mayor de los Marcolini que me miraba disgustada, con los ojos húmedos, sin saber qué hacer con mi repentina resurrección.
Inspirado en: http://www.infonews.com/2012/05/14/sociedad-21611-otra-vez-un-muerto-se-despierta-en-su-funeral.php