Ciclo
vital
de
Bibiana Ricciardi
Los pequeños son diminutos pero astutos. Allí de dónde vienen les han advertido
sobre la dificultad de relacionarse con ese ser angelical que los albergará durante nueve meses. Todos provienen de la misma especia
parasitaria, sólo que una (la hembra adulta
que los incuba) está programada para olvidar su
procedencia. Y otros (los fetos incubados) recuerdan perfectamente cada detalle
de su propia función: deglutir los nutrientes
maternos, crecer lo máximo posible, y mantenerse
sujetos al interior del útero contra viento y marea.
Los nonillizos mexicanos saben que deben unirse si pretenden nacer. Son
demasiados, tantos que ponen en riesgo la vida del ser dentro del que viven.
Entonces, ante el riesgo de que la mujer resuelva descartar a alguno, ellos
aprendieron a esconderse y ser invisibles hasta para el instrumental médico. Así fue como la pobre hembra no
encontró quien la defendiera del abuso
parasitario. Nadie creyó posible tamaña desproporción.
Inspirado
en: http://gabetablogs.info/notimundo/?p=15737