Negación
de Bibiana
Ricciardi
Hay instancias de la vida que más
vale mantener lejanas. La muerte, por ejemplo. La propia o la de un ser amado.
Quién quiere pensar en la finitud. El hombre había desarrollado desde joven una
habilidad asombrosa para alejar de su propia concepción, todo aquello que
pudiera ensombrecerle la existencia. Un tipo sensible, que se auto protegía, o
un negador. Pero, como jamás había ocupado ningún diván psicoanalítico, si era
negación tampoco se enteró. Así anduvo con sus más y sus menos. Logrando grandes
cosas, por lo menos en términos materiales, siempre mirando para otro lado.
Podrían tildarlo de egoísta, pero tampoco se enteró porque pocos se atrevieron
a decírselo en la cara. El día que la justicia le advirtió, que tenía grandes
chances de ser juzgado y condenado, por secuestro y explotación sexual, no lo
creyó. La cárcel no era algo en lo que él mismo se permitiera pensar.
Inspirado
en: http://www.clarin.com/sociedad/acusado-enfermo-golpe-curo_0_658134340.html