Corán
de Bibiana Ricciardi
La cuadrilla trabaja en silencio. Es
un trabajo para gente paciente. Hay que detenerse en cada edificio. A Omar y
sus compañeros les toca la peor zona, la de los ocupantes. Los estadounidenses son de consumir mucho, por la tanto juntan gran
cantidad de desecho. Tiran, queman, trituran. Todo les sobra. Trabajo insalubre.
A nadie le gusta juntar la basura del enemigo. Gracias a Alá, en un par de años
se irán. Si es que cumplen, se sabe que no son gente propensa a respetar la
palabra. Ni siquiera deben conocer el valor de la palabra.
Desde
el camión Omar observa una caja con algunos libros incinerados. Baja resuelto a
revolver el tesoro, rescatar algún trozo de libro tal vez. Entonces el basmalá salta a sus ojos. La página chamuscada no
permite ver cuál de los 113 suras ha sido profanado. La palabra increada,
plena de pura sonoridad. Imbéciles arrogantes.
Inspirado en: http://lta.reuters.com/article/topNews/idLTASIE81M02W20120224?pageNumber=1&virtualBrandChannel=0