La confesión
de Bibiana Ricciardi
¿Servirá esto como una confesión? Soy sacerdote,
demasiado bien sé que el sacramento es presencial. Sin embargo la presencia a
veces perjudica. Me pregunto qué hubiera sido de mí si hubiera podido ejercer
mi don sin acercarme a nadie. Tal vez la iglesia deba bogar por un cambio
también en éste sentido. Los curas somos representantes de Dios en la tierra,
pero somos humanos. El mismo Dios, por caso, se mantiene bastante alejado de
sus criaturas. Por algo será. Basta con observar qué pasaba en otras culturas
con divinidades más próximas. La griega, por ejemplo. ¿O de qué otro modo se
concebían los semi dioses? Necesariamente debía haber un apareamiento entre
hombres y dioses. Los roces, los flujos,
la tibieza, el aroma de una piel joven. Imaginen ustedes a cuantas tentaciones
estamos expuestos los que debemos mantenernos célibes. Peor es el caso de los
que como yo trabajamos con niños.
Inspirado
en: http://www.lanacion.com.ar/1447072-conmovedor-relato-de-una-victima-de-abusos-sexuales-en-la-iglesia-catolica