Mojarrita
de Bibiana Ricciardi
Por qué, me pregunta. Porque sos una
puta, le digo. Ella murmura bajito, yo lastimo los tímpanos. Me mira con esa
carita de trola. Un hilo de sangre desciende espeso desde su nariz. La abre
grande, boquea, aletea, se ahoga. Ella mojarrita, yo tiburón que crece y rompe
el pantalón. Porque a mi las putitas suplicantes me calientan. No me lastimes,
dice. Peor, cuánto más pide, más le doy. Es así. Me transformo. Unas ganas de
aplastarla. Reventarla contra la pared. Reventar la pared con su cabeza.
Destruir la casa, que no quede nada. Para qué quiero un departamento vacío.
Dice que me deja todo si la dejo ir. De qué me sirve. Metete en el culo la
casa, le grito. Ya no me oye. Se hace la muertita la muy viva. Hago que me voy,
pero vuelvo y la remato. Guardo la mojarrita en el pantalón y espero.
Inspirado en: Página 12, Sociedad, 12/1/12 (De
acuerdo con el relevamiento de una ONG, en 2011 se registraron 282 femicidios)