Ezeiza
El miércoles tarde finalmente el
presidente habló. Declaró el estado de sitio. Como con los militares. ¡Menos
mal que reaccionó! El tipo era un tarado. Al final, ni Menem había podido
salvarlo. Su marido tenía razón: la única salida de la Argentina era Ezeiza. De chica siempre se preguntaba por qué el abuelo
había elegido el sur en lugar del norte. Sólo un gallego bruto se viene al culo
del mundo.
-- Yo no vi nunca nada igual-- repetía
el gordo sin poder despegarse de Crónica, y su sucesión infinita de imágenes de
golpes, corridas, sangre, gases, bombas, y caballos pisando gente.
Ella tampoco recordaba haber visto
algo igual, porque con los milicos si pasaba no lo mostraban en la tele. En el
barrio alguien improvisó una fogata, y el nene se les sumó muñido de su
cacerola. Elena no durmió. Demasiados
muertos para tener al hijo fuera de casa.
Inspirado en: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-183705-2011-12-19.html