Blancas palomitas
Primero las palomas fueron símbolo
de paz. Los jubilados con sus nietos las alimentaban en las plazas de la
ciudad. Eran metáfora de armonía y progreso ciudadano. Fueron metonimia mediática:
se llamó blancas palomitas a los escolares con sus delantales colegiales. Pero la
población de animales creció a un rimo ligeramente superior al de los vecinos. Tan
bien alimentados estaban que necesitaban evacuar continuamente. Cierta vez, un
anciano creyó que llovía y llevó su mano a la cabeza ensuciando sus dedos con
la verdosa sustancia. Muchos prefirieron ahuyentarlas en lugar de alimentarlas.
La amistad había concluido.
Un grupo de notables se reunió y
dictaminó que el animalito era plaga, y por lo tanto, podía ser tratado como
las ratas, las cucarachas o los murciélagos. Es decir, había permiso para
cazarlas o matarlas. Pronto se organizaron campeonatos. Los domingos en las
plazas abuelos y nietos cambiaron el maíz por la gomera.
Inspirado en: http://www.perfil.com.ar/ediciones/2011/12/edicion_635/contenidos/noticia_0020.html