martes, 6 de diciembre de 2011

Concurso Cuento G23


Día 1

Esquivó a la vecina del quinto C en el ascensor, y subió los dos pisos por escalera. Para bajonearse alcanzaba con el diario. #CUENTOG23

La bolsa pesaba lo suyo. La papa estaba barata y se trajo cinco kilos. Compraba como antes de que Fito se fuera. Costumbre nomás. #CUENTOG23

-- Habló Cavallo, gorda.
El marido estaba frente al televisor. Todos los días igual. Camiseta y sillón. Qué iba a hacer pobre viejo. #CUENTOG23
  -- ¿No vas a salir?

-- Es sábado. Dónde querés que vaya. Ahora parece que al verdulero le vas tener que pagar con cheque. #CUENTOG23

El hijo menor, el que se había quedado, todavía dormía. “No se congelarán los depósitos”, repetía el Ministro en el televisor. #CUENTOG23


Día 2

El domingo el nene desayunó. Se iba a ver a Racing. Por lo menos iba. El gordo en cambio se quedaba a verlo en la tele. #CUENTOG23

-- Haber si Fito puede ver a Racing allá en Barcelona. Se debe querer matar. / Estaba eufórico el nene. Esta vez se les daba. #CUENTOG23

Ella en cambio se fue a recorrer cajeros automáticos. Haber si podía sacar algo antes del lunes. Por lo menos para los gastos. #CUENTOG23
En el pasillo no pudo evitar a la vecina que se le rió en la cara cuando le contó que iba buscar algo de plata. Vieja de mierda. #CUENTOG23
Alardeaba con que tenía un sobrino en el ministerio. Que a ella le habían avisado a tiempo y había sacado todos los ahorros. . #CUENTOG23

Día 3

Con la excusa del desempleo la única que salía a la calle era ella. A pelear el centavo. Se pateaba veinte cuadras. #CUENTOG23

Ahora sin plata, con la tarjeta. Se le iban a reír en la cara. Un kilo de pan con tarjeta. A ella le daba gracia, parecía un juego.  #CUENTOG23

Para el nene estaba difícil la cosa. Le faltaban habilidades. En cuanto Fito se asentara lo mandaba a llamar. #CUENTOG23

Una boca menos, por lo menos. Además de lo que les podrían mandar. Parece que allá buscan a los argentinos para trabajar. #CUENTOG23

El mayor estaba en un restaurante muy importante. Por ahora de lavacopas, pero ya iba a haber tiempo para ascender. #CUENTOG23


Día 4

Serena se estaba transformando en la cazadora. La que salía a la calle a procurar el alimento. Ella que siempre esperaba en casa. #CUENTOG23

La crisis estaba dando vuelta todo. La realidad se tornaba en algo tan complejo que costaba comprenderla. #CUENTOG23

Ella podía entender perfectamente al tipo de Tandil que se suicidó frente a las cámaras. Eran tiempos raros. La calle hervía. #CUENTOG23

El gordo no quería comprenderlo. Fascinado mirando la secuencia de cómo le explotaban los sesos al tipo. #CUENTOG23

Ella sabe. Presiente. Lo huele en el aire. #CUENTOG23



Día 5

El miércoles volvió a su casa orgullosa. Había conseguido comprar un pollo con Patacones. Y claro, ellos necesitaban vender. #CUENTOG23

El gordo decía que en el noticiero mostraron que los comerciantes estaban desesperados. Que no vendían nada. #CUENTOG23

La señora del tercero C estaba gritando en la puerta. Se había abierto una cuenta y no le entregaban la tarjeta. #CUENTOG23

Serena pasó rapidito escondiendo culposa su tesoro. Ellos eran tres adultos, un pollito chiquito apenas alcanzaba. #CUENTOG23

El nene tenía un apetito voraz. Y el gordo, ni hablar. Eran los nervios, la ansiedad. De tanto estarse quietos todo el día. #CUENTOG23



Día 6

Al día siguiente la del tercero C la estaba esperando en la puerta. En cuanto abrió se la encontró con la bolsa de compras vacía. #CUENTOG23

Serena no pudo esconder su changuito de feria. Lo arrastró por el pasillo con el temor de quien conduce una Ferrari en una villa. #CUENTOG23

Al final le vino bien porque compró dos pollos, y le cambió uno a la vecina por tres frascos de mermelada, y un kilo de ciruelas. #CUENTOG23
Parece que a la hija se le podrían en la planta. Le contó que algunos vecinos iban al parque a canjear. Cada uno lo que tenía. #CUENTOG23

Una vergüenza. Había que saber ajustarse con dignidad. A su padre de niño, en Italia, lo obligaban a mentir que ya había comido. #CUENTOG23