Día 1
Esquivó a
la vecina del quinto C en el ascensor, y subió los dos pisos por escalera. Para
bajonearse alcanzaba con el diario. #CUENTOG23
La bolsa
pesaba lo suyo. La papa estaba barata y se trajo cinco kilos. Compraba como
antes de que Fito se fuera. Costumbre nomás. #CUENTOG23
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Habló Cavallo, gorda.
El
marido estaba frente al televisor. Todos los días igual. Camiseta y sillón. Qué
iba a hacer pobre viejo. #CUENTOG23
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¿No vas a salir?
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Es sábado. Dónde querés que vaya. Ahora parece que al verdulero le vas tener
que pagar con cheque. #CUENTOG23
El hijo menor, el que se había quedado, todavía
dormía. “No se congelarán los
depósitos”, repetía el Ministro en el televisor. #CUENTOG23
Día 2
El domingo el nene desayunó. Se iba a ver a
Racing. Por lo menos iba. El gordo en cambio se quedaba a verlo en la tele. #CUENTOG23
-- Haber si Fito puede ver a Racing allá en
Barcelona. Se debe querer matar. / Estaba eufórico el nene. Esta vez se les
daba. #CUENTOG23
Ella en cambio se fue a recorrer cajeros automáticos. Haber
si podía sacar algo antes del lunes. Por lo menos para los gastos. #CUENTOG23
En el pasillo no pudo evitar a la vecina que se le rió en la
cara cuando le contó que iba buscar algo de plata. Vieja de mierda. #CUENTOG23
Alardeaba con que tenía un sobrino en el ministerio. Que a
ella le habían avisado a tiempo y había sacado todos los ahorros. . #CUENTOG23
Día 3
Con la excusa del desempleo la única que salía a
la calle era ella. A pelear el centavo. Se pateaba veinte cuadras. #CUENTOG23
Ahora sin plata, con la tarjeta. Se le iban a reír
en la cara. Un kilo de pan con tarjeta. A ella le daba gracia, parecía un juego. #CUENTOG23
Para el nene estaba difícil la cosa. Le faltaban
habilidades. En cuanto Fito se asentara lo mandaba a llamar. #CUENTOG23
Una boca menos, por lo menos. Además de lo que les
podrían mandar. Parece que allá buscan a los argentinos para trabajar. #CUENTOG23
El
mayor estaba en un restaurante muy importante. Por ahora de lavacopas, pero ya
iba a haber tiempo para ascender. #CUENTOG23
Día 4
Serena se estaba transformando en la cazadora. La
que salía a la calle a procurar el alimento. Ella que siempre esperaba en casa.
#CUENTOG23
La crisis estaba dando vuelta todo. La realidad se
tornaba en algo tan complejo que costaba comprenderla. #CUENTOG23
Ella podía entender perfectamente al tipo de
Tandil que se suicidó frente a las cámaras. Eran tiempos raros. La calle
hervía. #CUENTOG23
El gordo no quería comprenderlo. Fascinado mirando
la secuencia de cómo le explotaban los sesos al tipo. #CUENTOG23
Ella sabe. Presiente. Lo huele en el aire. #CUENTOG23
Día 5
El miércoles volvió a su casa orgullosa. Había
conseguido comprar un pollo con Patacones. Y claro, ellos necesitaban vender. #CUENTOG23
El gordo decía que en el noticiero mostraron que
los comerciantes estaban desesperados. Que no vendían nada. #CUENTOG23
La señora del tercero C estaba gritando en la
puerta. Se había abierto una cuenta y no le entregaban la tarjeta. #CUENTOG23
Serena pasó rapidito escondiendo culposa su
tesoro. Ellos eran tres adultos, un pollito chiquito apenas alcanzaba. #CUENTOG23
El nene tenía un apetito voraz. Y el gordo, ni
hablar. Eran los nervios, la ansiedad. De tanto estarse quietos todo el día. #CUENTOG23
Día 6
Al día siguiente la del tercero C la estaba
esperando en la puerta. En cuanto abrió se la encontró con la bolsa de compras
vacía. #CUENTOG23
Serena no pudo esconder su changuito de feria. Lo
arrastró por el pasillo con el temor de quien conduce una Ferrari en una villa.
#CUENTOG23
Al final le vino bien porque compró dos pollos, y
le cambió uno a la vecina por tres frascos de mermelada, y un kilo de ciruelas.
#CUENTOG23
Parece que a la hija se le podrían en la planta. Le
contó que algunos vecinos iban al parque a canjear. Cada uno lo que tenía. #CUENTOG23
Una vergüenza. Había que saber ajustarse con
dignidad. A su padre de niño, en Italia, lo obligaban a mentir que ya había
comido. #CUENTOG23