Ruido a muerte
de Bibiana
Ricciardi
Los
pasos de la enfermera sobre las baldosas relucientes del pasillo del hospital. Oír
sus zapatillas blancas crujiendo sobre la superficie negra lo conectaba de
inmediato con la paz que su cuerpo maltrecho le exigía. Mucho más que la visita
de la mujer tintineante de perfume dulzón, que llegaba primera que todos, y se
retiraba rauda a puro tacón.
El enfermo de la cama diecisiete
recibía ofrendas de todo tipo: líquidos, pastillas, pinchazos, susurros,
palmadas. La mujer le traía su persistente aroma, y se lo dejaba allí todo el
día,hasta que por la noche se apagaba, o se diluía entre alcoholes y formoles. Pero
a la mañana siguiente volvía fugaz con una nueva dosis inquietante.
El
enfermo de la cama diecisiete no le puede hablar. Tiene la boca llena de tubos.
Quisiera arrancárselos para explicarle que no le gusta oler su pasado, que
preferiría sólo oír su presente.
Inspirado en: http://www.clarin.com/sociedad/Diputados-tratara-Ley-Muerte-Digna_0_599940222.html