La ley del talión
de Bibiana Ricciardi
El cadáver del ex dictador desapareció
de la morgue. La ciudad está revuelta, el país conmocionado. El anciano ha
muerto de viejo, en una clínica. Los ciudadanos miran hacia el costado.
Vergüenza retroactiva. El siniestro tirano supo reciclarse en democracia, y
fueron muchos quienes lo eligieron como gobernador. Es un cadáver incómodo, a
nadie le conviene estirar su protagonismo. Escondamos rápido la mugre bajo la
alfombra. Las voces se alzan con la
indignación del desconcierto. La muerte es sagrada, quién puede alegrarse en
público por esta nueva desaparición. Ojo por ojo no es ley posible. Pon la otra
mejilla y serás recompensado en el cielo. Los dueños del poder se revuelven
inquietos en sus sillas. La muerte ya no libera. Los administradores de la
justicia se miran con recelo. Antígona ha regresado para dejar sin sepultura a aquel
asesino que despojara a sus víctimas hasta de su tumba.
Inspirado en: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-182038-2011-11-25.html