El hábito y el monje
de Bibiana
Ricciardi
-- Si tiene
hijos sabrá comprender.
-- Tengo.
Porque los tengo es que no comprendo. Son pequeños ¿sabe? Ven un policía y se largan
a llorar.
-- Tendrá
que revisar la educación que les está dando. El niño debe saber que la
autoridad policial está para protegerlo. Y la única manera de hacerlo es
previniendo. Demorando a los sospechosos para averiguar sus antecedentes.
-- No tengo
antecedentes, jefe. No le digo que ya me llevaron treinta cinco veces.
-- Por algo
habrá sido.
-- Por
morocho. Treinta cinco. Llame por el radio, ya le van a decir.
-- Suba al
patrullero, quiere.
-- Yo subo
pero usted me aclara de qué se me acusa.
-- ¿Acusar?
Nadie acusa a nadie.
--
¿Entonces? Por qué soy treinta cinco veces más sospechoso que el señor de camisa
celeste.
-- ¿Aquel? ¿El
de la corbata a cuadros? ¿Usted se miró al espejo, caballero?