Familia vegetal
de Bibiana Ricciardi
Inspiro profundo, cierro los ojos, y soplo. Todos los años pido el mismo deseo: cuando sea grande no quiero tener hijos. No me gusta cumplir. Es una cuenta boba. Un año mas. O menos. Depende como se vea. El vaso medio lleno o medio vacío, dice mi maestra.
Mi aniversario es también el de la muerte de mama. O casi, porque en verdad ni siquiera se murió. Solo dejo de existir ella, pero su cuerpo todavía vive. Muerte cerebral, estado vegetativo, que se yo. Es igual. Hoy cumplo diez años y ni siquiera puedo llevarle flores a la tumba. Puntillas, moños, zapatito blanco, y al hospital. Los ojos fijos en el techo, cables, ruidos de maquinas que la obligan a vivir. La mirada brillosa de mis hermanos. No la conozco, ellos si. Los tres juntitos a un lado de la cama. Al otro yo, y en los pies papa.
Inspirado en: http://www.pagina12.com.ar/diario/elpais/1-178104-2011-10-03.html