Violencia juvenil
de
Bibiana Ricciardi
Apura
el ritmo y enjuaga el último plato. Podría usar solo uno pero alteraría la
rutina. Doña Beatriz no es de las que permiten un cambio. En la mesa, tres
platos. Así lo hace desde la noche del
portazo con el que se fue su hijo, después de la cachetada que le cruzo el
padre al enterarse de que al nene no le gustaban las nenas. Y lo siguió haciendo tras el suicidio de su
esposo.
El
cucú canta la hora y ella sale con la silla de paja a la vereda. La cuadra no
es lo que era. Tanto muchachote violento. Son todos delincuentes. Lo dicen en
la tele. La juventud esta perdida. Los padres no les ponen limites, y la
justicia tampoco. Entran por una puerta y salen por la otra. Doña Beatriz mira de reojo el reloj, desearía entrar pero todavía le quedan doce minutos de
vereda.
Inspirada
en: http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-180029-2011-10-29.html