Las bobitas
– Nela, Nela,
Nelita…
¡Nela! Nelota.
¿Nela?
No te hagas.
Pensame lo que
pienso. Sé que me escuchás. Me oís. Me pensás.
Te oí pensarme.
Me estás pensando. Yo sé que me entendés. Pensé que me estabas pensando. Vos me
pensás porque yo te pienso a vos. Es así. Si no te pensara, ni siquiera podrías
empezar a pensar. ¿Existirías? No sé. Probablemente sí. A veces huelo cosas que
jamás pensé que existieran. Sin embargo están allí. No necesitan que yo las
piense. Como tía Marita. No necesita. Vos sí. Me necesitás para poder pensar.
¿Te molesta? ¿Lo preferís al revés?
Es lo mismo.
Quién piensa a quién es lo mismo. No cambia nada. La cuestión es pensarse.
Mutuamente. La una a la otra. Porque si no… Pobrecita mi hermanita. Medio
bobita. Ella quiere pensar primero. Muy bien, no hay problema. Vos primero: Yo
te pienso porque vos me pensás a mí. ¿Sí? No. No te gustó. ¿Lo de bobita te
molesta? Cada una con lo que es. Lo que se ve. Es lo mismo. Una forma de decir.
Lo que se ve con la cabeza. Cada una con lo que se piensa. No sé qué se ve,
pero lo pienso. Para mí lo que se ve es lo que yo pienso que se ve. Y lo que
vos pensás que se ve. Porque también puedo pensarte. Pensar tu pensamiento. Ahí
dice, sí. Mucho dice. Las dos decimos. Mucho decimos. Pensamos mucho. Hasta que
el pensamiento se cansa y se apaga. No me gusta que te apagues. Nos apagamos
rápido porque somos bobitas. Así sabemos que somos bobitas. Es una suerte ser
bobitas. Eso lo pienso solita parece. ¿Vos no? Tenemos que pensarnos bobitas
para seguir siendo bobitas. Vos más. ¿Ves? Eso lo pensé porque soy menos
bobita. Por eso sé que tía Marita sabe.
Todo sabe.
Pienso que sabe todo, pero no puedo pensarla a ella. Vos tampoco. No lo
intentes. No gastes pensamiento. No te canses. No podemos pensarla porque ella
no nos piensa a nosotras. Dejá de pensar en eso, Nela. Me asusta que gastes
pensamiento en cualquier cosa. Mirá si se te acaba. Me quedo solita. Pensando
nada. Desaparezco. Pensemos juntas, está bien. Me retracto. Cambio el orden.
Vos pensás y yo repito tu pensamiento. ¿Querés? Trato de pensarlo igual que vos
así te gusta más. Caprichosa.
Dale. Nela,
dale. Decilo.
Bueno, pensalo.
Vos me pensás
porque yo te pienso a vos.
Tampoco. Pensalo
y yo te sigo: “nosotras nos pensamos porque nos estamos pensando”. ¿Sí? ¿Está
bien? ¡Lo dije!
¡Es lo mismo!
Decir es como pensar. No sé cómo es para la gente. ¿Qué es la gente? ¿Cuál?
¿Tía Marita? No me gusta la gente. Sé lo que es gente. Gente es lo que no es
bobita. Nosotras no. Tía Marita, sí.
No pensé eso. No
lo pienses. Por favor, me da miedo. Sí me gusta tía. La gente es la que no me
gusta. Yo no dije que no me gustaba tía. No tiene nada que ver. Querés
pelearme. Pienso que tía Marita es gente. Por supuesto. ¿Qué va a ser si no? Y
no, no me gusta la gente. No conocemos otra gente, Nela. No podemos pensarlo
porque ni nos piensan, ni los pensamos. Entiendo. Si la única gente es tía
Marita, y yo pienso que no me gusta la gente, entonces es como pensar que no me
gusta ella. Puede ser. Hay bobitas, hay gente que no conocemos, y hay tías. Lo
que no me gusta a mí es la gente. No las tías. Las tías sí me gustan. Pero
lejos. Sos tan bobita que me hacés confundir. No pensemos a tía Marita. ¿Dale?
Hacé fuerza. Dale.
(Silencio)
La estás
pensando. No lo hagas. Necesito ver si funciona. No la pensamos y desaparece.
Pero vos la estás pensando. A ella, sí. ¿No podés dejar de pensarla? Yo sí
puedo. Pero no sé si vos podés. No me gusta cuando te toca. No puedo dejar de
pensar lo que pensás. Si fueras menos egoísta dejarías de pensarme. Así no siento
la humedad. Babosa. Se retuerce por tu cuerpito. Más te toca, más se moja.
Entonces huelo. Aunque no pienses. El olor se huele independientemente del
pensamiento. La gente huele. No me gusta. Nosotras no olemos. No tenemos
líquido, por eso no olemos. Por adentro huelen. Lo sé porque el olor sale de
los fluidos que desprenden. Nosotras no tenemos. Pis y caca no son fluidos. No
son feos. Yo los pienso ricos. Tu pis y tu caca. O la mía. A ella en cambio se
le desprende esa baba. Saliva arriba y gelatina por abajo. Cuando te toca. Y te
deja toda llena de sus fluidos. Si no la pensamos tal vez. Pienso que huelo. ¿O
huelo lo que vos le olés? ¿Si dejamos de pensar el olor? ¿Me olés cuando te
huelo?
No olemos. Las
bobitas no olemos.
Las tías huelen.
Un olor inmenso. Más olor que gente. Que tía. La gente huele. No me gusta el
olor. El olor tapa el pensamiento. No te escucho cuando huelo. El olor tapa el
pensamiento. El tuyo, Nela. ¿Cuál va a ser? Las tías no piensan. O sí, pero no
las oímos porque no nos piensan a nosotras. Solo nos babean. Te babosea. Te
toca. Vos pensás feo, oscuro. Me asusto.
Mentira.
Callate. Te voy a dejar de pensar. Si no dejás de pensar eso te apago. No es
amenaza, es de verdad. Basta. Callate. No estoy celosa. A mí no me gusta que
toque. A vos tampoco. Yo te escucho. A ella sí. Toda derretida. Nosotras no.
Huelo. ¿Olés?
Nela, tía Marita. ¿Olés? No la olés porque sos más bobita que yo. No la
pensemos. Que se vaya. Huele fuerte. ¿Te toca? Nela, no me hagas esto que me
asusto. ¡Tengo miedo, Nelita!
¿Nela? Nela. No.
De nuevo, no. Soy tu hermana, Nelita. No me hagas esto. ¡Nela! Te ordeno que me
pienses. No me apagues. No puedo pensarte. No la pienses a ella. Pensame a mí.
Las bobitas solo podemos pensar en una cosa. No dejes de pensarme. Concentrate
en mí. No te oigo. Más fuerte. Escucho algo débil. Un murmullo de pensamiento.
Bajito. Levantalo. Ahí está. ¿Sos vos?
¡No sos vos!
Es tía Marita.
Me piensa. No
quiero que me piense, Nela. Tengo miedo. Huele feo. Pensá que no me piensa,
ayudame. Me moja. Sacámela. Nela, bobita. Estás pensándome con tía Marita. No
seas gente. Yo soy vos. Somos bobitas. Me estás pensando con ella, Nela. No me
traiciones. Si la dejamos de pensar juntas desaparece. Las dos juntas. Ahora.
Cuento tres. A la una, a las dos y a las tres. Me moja más. Me refriega sus
fluidos. Huele horrible. Ayudame. Yo te iba a ayudar. Te dije que no la
pensáramos. Soy tu hermana. No me hagas esto. Yo quería salvarte. Por vos, sí.
Y por mí también. No quería olerla más. Me duele. Me está masticando. Muerde
mis pedazos, Nela. Desgarra mi carne. Me tritura.
¡Nela!
¿Vos lo estás
pensando? Pensame sin ella. ¿Dónde estás? No me dejes de pensar. Te alejás. No
puedo pensarte. No te oigo. No te pienso. No me pienso. Me traga. Pensame,
bobita. ¡Pensame que desaparezco adentro suyo! Pienso que la baba son las
bobitas que se comió. No quiero ser baba de tía Marita. ¿Cómo podés pensar
cosas tan horrorosas? Yo no estaba celosa. Te quería para mí. Vos sos yo.
¡Pensame! Si no me pensás desaparecemos las dos. Me duele.
¡Alguien que me piense, por favor!