Judas
de
Bibiana Ricciardi
Señores
periodistas:
Les
escribo esta carta no como el hombre despechado que soy, sino como el Católico que
debo ser. He comulgado todos los días de mi vida adulta con la conciencia
tranquila de servir a Dios. He cuidado a uno de sus más ilustres representantes
con el cuerpo y con el alma. He consentido en ocultar nuestro amor como lo hicieran
los mismos apósteles hace más de dos mil años. Pero lo que no puedo tolerar es
la ambigüedad. El hombre que amo es ese que trabajó por su Diócesis, no este
otro que prefiere mentir para salvar su honor. Este otro capaz de difundir
fotos con mi hermana, su cuñada, en nuestras últimas vacaciones. Este que prefiere ser sospechado de no haber cumplido
con el celibato, antes que aceptar en público este amor que nos une. En adjunto les envío las otras fotos que el
Obispo omitió enviarles.