Mutilación
de
Bibiana Ricciardi
Había una vez una lejana tribu en la que estaba
prohibida la representación. Toda forma posible de tal cuestión. Las cosas eran
de una manera determinada. ¿Cuál? Pues esa: la que se veía. La evidente. La
contante y sonante. Si la entidad de marras se podía tocar, pellizcar, morder o
deglutir era real. Si no, no. Por lo tanto eran presencias tangibles un pie,
una vaca, una silla, un cuenco con arroz (o sin él), una cuchilla, un espino,
un clítoris, una torta o una flor. Hasta el agua o la sangre lo eran. De este
modo, no estaba permitido interpretar lo evidente. Cada integrante de la
comunidad había sido debidamente notificado de la identidad precisa del objeto
presente (nunca mencionado). Así habían sido perseguidas, aniquiladas o
mutiladas distintas formas de representación como el canto, un grito, la
poesía, el dolor (excepto que produjera lágrimas), el anhelo, y la
desesperación.
Inspirado
en: http://www.minutouno.com.ar/minutouno/nota/164025-escandalo-por-una-ministra-que-se-comio-a-una-mujer-africana/