Ecoterra
de Bibiana
Ricciardi
Se presentó como el capitán de la
embarcación y me ordenó que le entregara la mía. Le expliqué como pude que no
podía hacer lo que me pedía. Que estábamos ahí justamente para defenderlos a
ellos. Que comprendíamos la miseria y el hambre que los obligaba como
ciudadanos de un país paupérrimo, a salir a los mares a asaltar cuanto barco se
les cruzara. Pero que debían por lo menos distinguir entre unos y otros.
Nosotros no éramos un buque mercante cargado de riquezas, o un pesquero
usufructuando la riqueza marina ajena. Estábamos allí para defenderlos a ellos.
Para cuidar su fauna marina que estaba siendo devastada sin ninguna
intervención del gobierno de su propio país. Entonces se rió largo, y me
preguntó en francés si había visto muchas películas de piratas. Dijo que a él cuando
lo echaron de Francia por ser indocumentado también le quitaron todas sus pertenencias.