Vidente
de Bibiana Ricciardi
El hombre se sintió estafado. La
mujer había prometido vivir hasta los cien años, y se entregaba diez antes. Sus amigos se
burlaron, cómo podía creer en la videncia de su enemiga. Cómo no creer. La
mujer había amasado una fortuna gracias a su virtud paranormal. ¿No habrá sido
por su falta de escrúpulos?, decían ellos. Y sí, claro. Justamente por eso es
que la quería viva. La había soñado presa tantas veces. Habían sido ella y su
sed de poder los responsables de la desaparición y posterior asesinato del
padre del hombre. Un abogado que en los
70 había osado defender los derechos de los mineros que morían en las minas de
la empresaria inescrupulosa, amiga de los militares que ejercían el poder.
¿Y no era vidente? Qué justo venir a
morirse la misma semana que por fin su nombre se pronunció en el juicio a los responsables
del ilícito.
Inspirado en: http://uol.elargentino.com/nota-173842-Amalia-Fortabat-cemento-y-dictadura.html