Cicatrices
de Bibiana Ricciardi
Se le cayó de la escalera. Más terca que una mula. Si
hubiera venido varón. Una inversión a futuro. Encima el abuelo que le daba
todos los gustos. El escándalo que hizo
cuando se lastimó. Todavía recordaba su vozarrón furioso. Decía que era demasiado pequeña para ayudarla
con la recolección de frutas. Lo hizo a propósito, para que ya no pudiera
mandarla más, porque sabía que el otro la apañaría. La muy pilla. Dura como una
roca. Pero ella estaba embarazada de nuevo, tenía que cuidarse. Esta vez se le
daría, sería un machito. Por eso cuando vino la ola gigante no dudó: soltó a la
nena y abrazó fuerte al nene. Con los dos no hubiera podido. La lloró cada día,
hasta hoy que se le volvió a presentar con su cicatriz en la ceja, siete años
después. Si no se le hubiera caído no la habría reconocido.
Inspirado en: http://www.clarin.com/mundo/Milagro-Indonesia-aparecio-muerta-tsunami_0_614338788.html