Diputada
de Bibiana
Ricciardi
Sociedad pacata postmoderna. La
mujer debe llegar al poder, pero que no se le note lo mujer. Ella, en cambio, se
clavó una minifalda y la acompañó con un escote que no dejó lugar a dudas.
Mujer. Con todo lo que eso implica: tetas, culo y piernas, sí. Y el que se
maree que no mire. Y juró con toda la
autoridad que los votos del pueblo le habían asignado. La vez anterior no se
había animado. Trajecito sastre. Pero ahora estaba renovando su compromiso.
Aprovechó esta segunda oportunidad
desde el primer instante. Disfrutó de cada detalle de la ceremonia, incluyendo
los insultos sexistas de los machotes de la platea. Todo estaba dentro de sus
planes. La mirada huidiza de quienes se esforzaron por mirarla a los ojos, la
envidia de sus pares, y hasta la defensa de su flamante novio, quien defendió con
orgullo propietario la mercadería exhibida.
Inspirada en: http://www.perfil.com.ar/contenidos/2011/12/12/noticia_0016.html