La soledad del poder
de
Bibiana Ricciardi
Algunos hombres estaban llamados a hacer
historia. Parece que es su caso, piensa en su oficina, de espaldas a las
ventanas, evitando ver el festejo que entra igual prepotente por sus oídos. ¿Debería
participar? Cómo hacerlo sin tener la certeza de la derrota. Estos imbéciles
demoraban el conteo a propósito. No puede salir, camuflar su cara de velorio, y
saltar como si nada pasara. Los periodistas se le iban a ir al humo. Las
encuestas adelantaban la derrota. La suya, no la del equipo. Lo que nadie sabía
era que iba a ser por tanta diferencia. Y con tanto socio votando. Debía ser el
único presidente de club campeón de un torneo que no logra ser reelecto. El
fútbol es ingrato. En un minuto perdés todo. Hijos de puta. Llamó a su secretario
pero no le contestó. Estaría festejando.
Inspirado
en: http://www.clarin.com/deportes/elecciones-decide-sigue-Ameal-Angelici_0_602939961.html